27 de febrero de 2019
Tercera entrada seguida de videojuegos esta vez, pero necesito de verdad disminuir esa lista de pendientes.
Desde que jugué Tales of Symphonia he jugado a varios títulos más que estaban disponibles en la misma consola. Como parte del pack Chronicles jugué a la secuela de Symphonia: Dawn of the New World y posteriormente también a Tales of Graces f.
Como, a pesar de sus más y sus menos, esta saga me ha atrapado por completo, he seguido jugando en orden a los juegos que podía conseguir. En este caso, la siguiente entrega para PlayStation 3 y la primera que salió en exclusiva para esta consola, Tales of Xillia, que adquirí en un pack con su secuela, Tales of Xillia 2.
Sin spoilers, como siempre
Tales of Xillia es la decimotercera entrega de Tales of, una de las sagas de RPGs de acción más populares de todos los tiempos. Fue desarrollada en exclusiva para PlayStation 3 en 2013, como siempre, por parte de Namco, convirtiéndose así en el cuarto juego de la saga para la consola, incluyendo relanzamientos.
En esta ocasión, la acción se sitúa en el continente de Rieze Maxia y se centra en dos protagonistas: Jude Mathis y Mila Maxwell.
Al comienzo del juego se nos da la opción de elegir a uno de los dos personajes. Según la opción que elijamos veremos algunos cambios en partes concretas del juego. Esto incluye algunos fragmentos de historia, jefes y temas que son exclusivos de una de las dos partes. De hecho, el opening que he puesto es el que sale si escogemos la historia de Jude.
En cualquier caso, la trama comienza con el encuentro entre Jude Mathis y Milla Maxwell en Fennmont, la capital del continente de Rashugal. Al descubrir una peligrosa arma que utiliza los espíritus que dan la energía al mundo para la destrucción, Milla Maxwell, que dice ser el Señor de los Espíritus, parte para destruirla y salvar el mundo. Jude, por su parte, acaba mezclado en sus asuntos y se autoimpone la tarea de ayudar a Milla hasta el final.
El papel de Milla Maxwell como protagonista es bastante claro. Como encarnación del Señor de los Espíritus, su misión es recuperar y destruir el arma que los está usando como combustible, tanto para evitar que el mundo se quede sin energía como para salvar cada una de las vidas de esos espíritus. Milla se presenta como un personaje muy serio, una mujer fuerte y estoica con un objetivo claro, amable pero dura cuando lo considera necesario.
Que Jude Mathis sea protagonista es, al contrario, pura casualidad. Ayuda a Milla por inercia y, llegado el momento, y sin muchas opciones, decide mantenerse a su lado hasta el final de la misión. Pero, al contrario de lo que pueda parecer, no se trata de un personaje al que le hayan dado el protagonismo a la fuerza. La propia historia es consciente de que Jude está dónde está por azar, y actúa en consecuencia. Por tanto, no consideraría ese aspecto como negativo. Sí el hecho de que es el protagonista más típico de este tipo de juegos, y prácticamente idéntico a Asbel Lhant, protagonista de Tales of Gaces f, la entrega anterior de PS3.
El plantel lo completan cuatro personajes más: Alvin, un mercenario errante que parece aparecer para ayudar simplemente cuando le apetece; Rowen, el mayordomo de una importante casa real, serio, caballeroso, pero también bromista; Elize, una joven con un valor oculto que siempre va acompañada de su bocazas muñeco Teepo; y Leia, una chica energética, amiga de la infancia de Jude.
Salvo Leia, que es un personaje muy típico y entra en la historia sin demasiada justificación, el resto tienen su importancia en la trama y, sobre todo Alvin y Elize, un desarrollo interesante, aunque a veces no muy consistente.
Aunque no es mi favorito de la saga, el plantel de personajes está bastante bien, cosa que siempre es importante en un JRPG largo en el que vas a oírlos hablar durante muchas horas.
Además, como no podía ser de otro modo, tenemos un nuevo Kratos-Richter-Richard. El rey Gaius, un líder recto y honrado dispuesto a darlo todo por su pueblo. Un personaje que nunca actuará sin una razón, y un oponente más que digno. Parece que a la saga Tales of se les dan bien estos personajes, porque siempre los montan bien, y pese a sus similitudes, no parecen copias los unos de los otros.
La historia en sí sigue una curva bastante clara. El inicio de la trama es interesante, pero enseguida decae bastante. La historia, dividida en capítulos, tiene un primer capítulos bastante pobre, en el que vemos lugares y personajes pero no pasa nada realmente interesante.
La cosa cambia drásticamente a medida que avanza, hasta llegar un punto igual o superior al de Tales of anterior. A partir del segundo capítulo, esa historia tan poco interesante empieza con un no parar de sucesos hasta prácticamente el final del juego.
Así que, aunque le cuesta arrancar, al final se ofrece una buena historia, que si bien no corre riesgos, es interesante y está bien montada, además de ofrecer una excelente recta final.
Pasemos ya al apartado jugable, aunque en este punto tenemos básicamente lo mismo a lo que estamos acostumbrados. Lo primero que hay que decir es que, como he mencionado antes, podemos elegir entre dos protagonistas diferentes. Generalmente la historia es la misma, pero hay algunos pequeños cambios, algunas escenas diferentes, algunos jefes, temas musicales... Todo esto propicia una rejugabilidad que ya de por sí es recurrentemente alta en la saga.
Por lo demás, tenemos, como parece ser costumbre en la saga y como espero que deje de serlo lo antes posible, un punto muy positivo y un punto muy negativo.
El punto positivo son los combates, y es que estos siguen siendo tan divertidísimos como suelen serlo en la saga. Como de costumbre, además, cuanto más avancemos en el juego más divertidos se harán los combates. Es un JRPG en el que los combates aleatorios dan gusto.
Y es que el sistema de combate sigue siendo tan dinámico como ya lo era en Graces f, aunque en esta ocasión me ha dado la sensación de que las diferencias entre personajes eran menores. Aún así, sigue siendo igual de adictivo usar a los diferentes personajes y optimizar sus técnicas de combate: Tenemos a Jude con su combate cuerpo a cuerpo, la esgrima ágil de Milla, el estoque y la magia de Rowen, el bastón de artes marciales de Leia, la pistola y el espadón de Alvin y la varita de Elize, que mezcla con los ataques de Teepo.
Como novedad y aliciente, tenemos la posibilidad de luchar en parejas, lo que da lugar a técnicas interesantes y a combinaciones que, bien alargadas, pueden ser devastadoras.
Además, como también es costumbre en la saga, hay varios modos de dificultad, aptos para todos los públicos.
Aunque creo que los personajes podrían haber sido más distintos entre sí (son distintos, pero no tanto como en otros juegos de la saga), lo cierto es que, de nuevo, todo lo que gira en torno a los combates del juego es un acierto.
Por desgracia, no podemos decir lo mismo de la exploración. Desde Tales of Symphonia, con sus buenas mazmorras, la saga ha decaído mucho en la exploración del mundo, y vuelve a caer en un sistema demasiado básico. El mapa consiste simplemente en zonas segmentadas, las mazmorras carecen de alicientes, y el sistema cae en la repetición al poco de comenzar al juego.
Ya va siendo hora de que en Tales of se deben cuenta de que la exploración debe mejorarse mucho para resultar interesante.
Aún con esas, el balance final sigue siendo, a mi gusto, positivo, pero con una exploración mejor el juego habría sido muchísimo mejor.
Ya que hablamos de la exploración, visualmente los entornos sí que son bastante bonitos de ver. Los gráficos han mejorado aún más desde Graces y han adoptado unas proporciones más realistas. En el juego hay escenarios tan preciosos como la ciudad nocturna de Fennmont, uno de los lugares más bonitos que he visto en un videojuego.
Pero aunque los gráficos en sí sean buenos, los entornos que representan pecan de ser poco arriesgados, por lo que no hay muchas zonas de Rieze Maxia que se acaben quedando en nuestra memoria.
Pero, a pesar de todo, el juego luce muy bien, especialmente a nivel técnico, y lo demuestra sobre todo en los combates, demostrando de nuevo una gran fluidez para mostrar muchos elementos moviéndose en pantalla sin que haya bajones de fps ni confusión para el jugador.
La banda sonora, por su parte, peca exactamente de lo mismo. Motoi Sakuraba es un compositor muy reconocido y que sabe hacer trabajos excelentes. El problema es que en muchos de sus trabajos da la sensación de que no se esfuerza.
No quiero decir que la banda sonora sea mala, en absoluto. De hecho, hay muchos temas bastante buenos, y también los hay muy épicos. El problema, lo que le falta a Tales of Xillia, es más carisma. Más temas que se queden grabados en la memoria y que suenen inmediatamente a Xillia, como pasaba con algunas de las composiciones de Symphonia.
Y eso que en cantidad no se ha contenido: Hay 80 temas, y (y esto me gustaría verlo más a menudo en RPGs) muchos temas de batalla, de jefes pero sobre todo temas de batallas aleatorias, en los que además escucharemos algunos distintos en función del protagonista que eligiéramos.
Pongo un tema de mapa y un tema de batalla:
La banda sonora de Tales of Xillia es buena y épica, pero le falta, sobre todo, más carisma.
Así pues, podría concluir diciendo que Tales of Xillia sigue la estela previamente marcada por la saga Tales of, y eso le da lo mejor de la misma, pero también lo peor. No puedo evitar adorar al juego gracias a esos combates tan divertidísimos, esos personajes carismáticos y esa historia que mejora progresivamente hasta un nivel notable. Por contra, la parte jugable ajena a los combates es muy básica y aburre con facilidad.
Si tuviera que situarlo dentro de la saga, diría que es inferior a Tales of Symphonia y Tales of Graces f, aunque no por una diferencia especialmente marcada.
Es un buen RPG de acción, que gustará a los fans del género y también, por supuesto, a los fans asentados de la saga. En cuanto a los que tengan interés por introducirse en Tales of, Xillia es un juego tan bueno como esos dos para comenzar.
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