Cualquiera que siga el blog, o que sencillamente haya echado un vistazo a las entradas sabrá que no soy muy dado a hablar de películas, sobre todo cuando se trata de películas que no son de animación.
Sin embargo, hoy tocaba hablar de una película, y hace poco fui al cine a ver esta, así que... puedo hablar de ella, así que sencillamente lo haré.
Libre de spoilers, garantía de Diario de Tellus
Cuando tan solo tenía diecinueve años, Joy fue secuestrada por "el viejo Nick".
Siete años después, lo único que la mantiene con vida es la luz aportada por Jack, su hijo de cinco años, que no ha salido de la habitación en la que están encerrados desde que nació. Para Jack, el mundo se reduce a lo que existe dentro de la pequeña caseta y lo que acontece dentro de Tele. Sin embargo, a medida que Jack crece, su curiosidad va en aumento, y Joy sabe que no soportará vivir eternamente encerrada en la Habitación.
Esa es la premisa de La Habitación, película nominada a cuatro Óscars y ganadora de uno por parte de la protagonista, interpretada por Brie Larson.
No puedo decir que esté en contra. Gran parte de la película sucede en el interior de una escenario muy reducido en el que, además de unos pocos objetos decorativos, Brie Larson y el joven actor Jacob Tremblay tienen que hacer, prácticamente solos, que la película se sustente. Y lo hace, vaya que sí.
Debo decir que casi me gustó más cómo lo hice el joven Jacob, que muestra perfectamente que el actuar no es algo que dependa de la edad, pero juntos consiguen una actuación extraordinaria de los sucesos que acontecen dentro de la habitación, y permiten un desarrollo de los personajes más que notable, acompañado de decenas de emociones que un actor menos capacitado no podría mostrar con la soltura que el filme requería para la ocasión.
Es cierto que si analizamos la trama nos encontramos con que la misma historia podría ser contada en una película de las tardes de Antena 3, pero este es uno de los casos tan comunes en los que no se trata tanto del qué se cuenta sino del cómo. La forma de vivir de Joy junto a su hijo pequeño, encerrados día tras día en un lugar pequeño conectado al exterior únicamente por una puerta de hierro y una claraboya, nombrando cada objeto, cada esquina... hace que la habitación que da nombre a la película no sea solo un lugar en el que ocurren los hechos, sino parte de los hechos en sí. El uso de la fotografía en la habitación es también clave para otorgarle tanta personalidad.
La forma de narrar los hechos contrasta la cruda realidad que debe enfrentar Joy día a día frente al mundo formado en la mente de Jack, incapaz de conocer qué existe más allá de la Habitación.
Otro gran punto a favor que refleja la calidad de la película está en la tensión y la emotividad reflejadas. Es muy fácil mostrar a un par de personas metidas en una habitación, pero no tanto hacer que el espectador sienta la angustia de Joy al estar encerrada en su interior, o su frustración cuando intenta hablarle a Jack sobre el mundo exterior. Conseguir que el espectador sienta estas emociones ya no es algo que pueda conseguir una película de las tardes de un canal de poca monta, pero es algo que logra y con bastante eficacia esta película, y lo que hace que se trate de un filme destacable, por encima de la media.
El problema viene dado con el cambio radical existente en la segunda mitad de la película, y que provoca que parte de la tensión de la película quede en el aire de una forma un tanto... extraña. Ese contraste entre las dos mitades de la película tiene su sentido, por supuesto, y viene acorde a la historia en sí, pero la segunda mitad tiene un aire menos especial, y a veces uno siente como que tiene que ocurrir algo que está a punto de suceder, pero no pasa. ¿Que si esto es un fallo? Pues se suele decir que la primera mitad de la película es considerablemente mejor que la segunda. Lo que sí ocurre indudablemente es que existe un fuerte contraste entre ambas partes, y mientras que la primera parte es más original, la segunda se remite al argumento de una película de tarde, aunque bien dirigido, montado e interpretado, por supuesto.
No tengo mucho más que decir. La Habitación es una película interesante que suele lograr causar emociones en su público, incluso entre aquellos que suelen permanecer apáticos ante los dramas. Aunque pueda no destacar en algunos aspectos, se nota que es una película disfrutable y emotiva que no pasará desapercibida, pero que tampoco se mantendrá en nuestra memoria con el paso de los años. ¿Lo más destacable? La tensión de la primera mitad de la película y la interpretación de Jacob y Brie.
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