Ya hace una buena temporada desde la última temporada que escribí sobre un libro. Apenas tienen público en este blog y me cuesta más hablar del tema en profundidad, pero de todos modos seguiré escribiendo sobre lo que lea.
El libro de hoy ha ganado muy buena fama en los círculos de lectores habituales, y su nombre es bastante sonado en cualquier lugar en el que haya alguien que lea. Precisamente esto me llevó a recibir la recomendación de esta saga de libros de gente cercana, así que decidí hacerles caso y probar a comenzar la saga de "Crónica del Asesino de Reyes", que comienza con El Nombre del Viento.
Aunque recibí los dos primeros libros al mismo tiempo, he pausado la lectura del segundo hasta más adelante, debido a que prefiero no sobresaturar una saga, y a que el tercer y último libro de la trilogía aún no está a la venta.
El Nombre del Viento es la primera entrega de su saga. Esta entrada no contiene spoilers, aunque sí cuenta ligeramente algunos sucesos de la historia sin explicar su contexto.
El Nombre del Viento es la primera entrega de la trilogía Crónica del Asesino de Reyes, que ve su inicio en 2007 de la mano de Patrick Rothfuss, siendo su primer libro publicado y ganador de algún premio del género fantástico.
La historia es relatada a un escriba por el protagonista y narra la vida de Kvothe, un legendario personaje del que se cuentan muchas cosas... lo llaman "El Sin Sangre", lo llaman "El Asesino de Reyes"... es un personaje envuelto en un sinfín de historias, algunas ciertas, y otras no.
Para alcanzar al fin la verdad de su vida, Kvothe contará su historia desde el comienzo, su trabajo como artista ambulante con sus padres, sus duros años en maltrechas callejuelas llenas de pobreza, y su destacable paso por la célebre Universidad. Todo bajo la constante sombra de los Chandrian, unas criaturas mitológicas con las que Kvothe tiene un asunto pendiente.
Como es el propio protagonista quien cuenta la historia, en su mayoría el libro se narra en primera persona, salvo en el contexto que rodea al propio personaje en el momento en el que está contando la historia.
Kvothe se muestra como uno de los personajes más interesantes de la novela fantástica que he leído: Un chico con una sorprendente facilidad para aprender, superdotado con gran talento en todo lo que practica, gran actor y músico, e incluso hábil ladrón.
La esencia del propio protagonista es posiblemente lo que da a El Nombre del Viento esa esencia única que desprende, pese a no ser un claro ejemplo de originalidad.
Ahora es cuando los fans del libro se me echarían al cuello si me estuvieran leyendo, así que me explicaré. Kvothe pasa por ser artista ambulante, ladrón y estudiante. Cada una de estas etapas es contada con mucho detalle, pero sin caer en las descripciones tediosas tan fáciles de ver en literatura. Lo que se narra se cuenta con tal clima de cotidianidad que en la mayoría de las ocasiones el libro no parece pertenecer siquiera al género de fantasía. Y es que casi podemos resumir en dos las fantasías "imposibles" que contiene: Una son los Chandrian, un mito de la propia historia; y otra son los vínculos que los estudiantes aprenden en la Universidad y con los que pueden conseguir resultados que calificaríamos como Magia.
Esa rutina que rodea una historia fantástica conlleva toda la originalidad del libro: Sus conceptos no son en sí rompedores, podemos encontrarlos en varios libros de fantasía, pero están usados de una forma que yo, al menos, no había visto antes.
Los vínculos no son nada nuevo, las universidades "fantásticas" tampoco, un protagonista artista ambulante entra dentro del clásico personaje del bardo, y podríamos seguir así. Pero todo junto contado de la forma en la que la historia de El Nombre del Viento se desarrolla... eso no es algo habitual.
Y ya que he mencionado el desarrollo, permítanme que continúe con él. El desarrollo, la forma en que se cuentan los hechos. Para mí, el desarrollo es probablemente el aspecto más importante de cualquier obra. A fin de cuentas... ¿de qué sirve mostrar gráficos o temas musicales magníficos si se hace a intervalos irregulares que no logran sacarle partido a su calidad? ¿De qué sirve tener unos buenos personajes o una trama excelente si está mal desarrollada? En resumen, el desarrollo no se menciona tanto como debería tratándose de un aspecto de tamaña importancia. ¿Y por qué hablo de esto ahora? Porque el desarrollo de El Nombre del Viento es posiblemente el punto más positivo de la novela. La narración (que en literatura coincide en gran medida que el desarrollo, siendo casi sinónimos) de los hechos que en principio son poco interesantes es excelente, y cada una de las escenas que ocurre es una delicia de leer.
El libro logra así ser entretenido en todo momento, de modo que tendremos que dejar de leer para atender a cualquier otra obligación y no por desgana tras leer demasiadas páginas. Los personajes se muestran continuamente, de modo que aquellos que tendrán alguna importancia no alcanzan a olvidarse hasta su próxima aparición, y cada capítulo encontraremos escenas memorables, ya sea por la labia de Kvothe o por cualquier otro motivo. Claro que la labia de Kvothe nos regala escenas tan interesantes como la de la matriculación en la Universidad... y no daré más detalles.
Es difícil hablar sobre elementos de la historia sin destripar parte de esta, pero no puedo acabar la entrada sin mencionar lo que menos me gusta del libro: El amor.
Es común en mí que el amor sea uno de los puntos negros de las historias que veo, ya que se me hacen cuesta arriba esos sucesos amorosos que dominan las obras más realistas pero que son más fantásticos que un dragón escupehielo. En este caso, el personaje femenino es la clásica figura esquiva que aparece solo cuando quiere aparecer, clásica pero no común, y es por esa esencia que sus primera apariciones son algo... demasiado fantásticas, llegando a unos niveles de casualidad que no acabo de creer. Una vez formaba la relación, los sucesos ya toman un camino más lógico, pero esos comienzos... suelen fallar bastante.
De todos modos, esta opinión personal no es compartida por la mayoría de los lectores del libro, así que posiblemente sea solo cosa mío, pero teniendo en cuenta que es lo único que no me gustó del libro, no podía dejar de mencionarlo.
Para acabar, quiero dedicarle unas palabras a otro aspecto de este libro, un aspecto más importante dentro de la saga completa que en la individualidad del ejemplar.
Cuando se comienza a leer una saga compuesta por varios libros, no basta con que cada libro sea autosuficientemente bueno, ¿no? A medida que la historia avanza se debe notar un aumento de la intensidad de la trama, permitiéndose picos en momentos importantes, claro, pero con un acercamiento hacia el final. Me explico: Si una historia acaba de forma menos intensa a como empieza, es que el desarrollo no ha seguido una progresión. ¿Por qué digo esto? Pues porque la trama de El Nombre del Viento es tan solo un comienzo de algo mucho más grande. La persona de Kvothe se forma y sus experiencias le hacen ser lo que es en realidad, al mismo tiempo que se forma su leyenda. Sin embargo, al margen de los motivos de Kovthe, casi podríamos decir que los sucesos de El Nombre del Viento son poco importantes. Ni mucho menos estoy diciendo que esto sea un fallo, y muchos ya estarán pensando en determinadas escenas importantes que ocurren en el libro, pero yo hablo del asunto mayor, que no puedo desvelar. Lo que le ocurre a Kvothe en el primer libro puede ser más o menos importante, pero son escalones en el camino del protagonista hacia algo más grande que le espera... quizás.
Lo que quiero decir, resumiendo, y aclarando que aún no he leído la segunda parte, es que aunque el libro sea totalmente recomendado de por sí, que los sucesos que ocurren en ella merezcan la pena o no dependen de lo que vendrá a continuación, de los próximos libros. No cabe duda de que El Nombre del Viento da pie a algo MUY bueno, pero no puedo dar por hecho que vaya a cumplir en este aspecto (Como ocurre con el videojuego de la próxima entrada), aunque por lo que me han contado sí que lo hace. Bueno, ya veré.
Todo esto lo he dicho para llegar a la conclusión de que por supuesto recomiendo el libro a cualquier amante de la literatura fantástica. Es muy buen libro, sobre todo en narración, pero necesito continuar con la saga antes de aclarar si la trama en sí es buena.
Por mi parte, leeré El Temor de un Hombre Sabio, la segunda parte, en cuanto termine el libro que estoy leyendo ahora (y del que hablaré por aquí también), y continuaré hablando de la saga por aquí.
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