16 de Marzo de 2018
Sigo alternando entre videojuegos y series anime, aunque dentro de poco escribiré una entrada sobre uno de los libros de los que tengo pensado hablar.
La entrada de hoy también será más corta, porque pensándolo a priori no tengo mucho de lo que hablar sobre este anime.
Se trata de Jormungand, una serie que vi por puro azar, pero que resultó ser bastante interesante. Hablar de ella, no obstante, no me va a resultar fácil.
Bueno, voy a ello.
Sin spoilers, como siempre
El joven Jonah se ha criado entre conflictos armados y ha acabado ganándose la vida como niño soldado, gracias a lo que matar no le supone ningún problema pese a su corta edad. Sin embargo, a causa de todo lo que ha visto, odia las armas y aquellos que hacen negocio con ellas.
No obstante, cuando su tutela pasa al cargo de Koko, jefa de un grupo que realiza contrabando de armas, Jonah se ve obligado a tomar las armas de nuevo.
Jormungand es la primera temporada del anime basado en el manga homónimo (y que continúa en Jormungand: Perfect Order, la segunda temporada) de Keitarou Takahashi, y está compuesta por solo doce capítulos que se emitieron en 2012.
Los capítulos narran los trabajos del grupo de Koko y el día a día de ella, Jonah y el resto de miembros del equipo como negociantes de armas.
Los capítulos en sí tienen una estructura medianamente autoconclusiva, con diferentes encargos separados que se relacionan vagamente entre sí en muchos casos (o más en otros) a medida que vamos conociendo a los miembros del grupo y viendo como Jonah se va integrando en él. En cuanto al estilo del anime, es bastante peculiar, y combina temas serios con dramatismo y bravuconería a partes iguales.
El hecho de que los doce capítulos no cuenten una trama continua sino pequeñas subtramas con los personajes complica que nos sumerjamos en el interés de la trama principal, aunque nos dejemos llevar en subtramas y sucesos que nunca están exentos de interés. Ese es un aspecto positivo: las subtramas y los sucesos son interesantes, y lo son en gran parte gracias al carisma de los personajes.
Es por ello que cuando hablamos de la trama, hablamos también de los personajes: Mercenarios, asesinos, niños soldado, traficantes de armas... Desde luego el plantel no es el clásico grupo de protagonistas bonachones, lo que nos lleva a uno de los puntos principales de la serie: La doble moral.
Los dos principales protagonistas dan buena muestra de ello: Jonah odia las armas y ha vivido desde siempre como niño soldado. Al hacerse cargo de él, Koko procura darle una buena educación, pero también lo expone al peligro y a las armas de nuevo. Jonah, que detesta a los traficantes de armas, acaba en un grupo de ellos, que venden armas al mejor postor. Lo hace mientras ve de cerca a la excéntrica Koko, infantil como una niña y a la vez despiadada como la traficante de armas que es. Se encuentra entre esas personas que tanto odia, pero el trato que recibe y lo que ve en ellas no es aquello que odia, y sin embargo, sí que venden armas que se utilizan para matar personas, a menudo inocentes.
Por otro lado, al margen del hecho de ser un soldado, Jonah sigue siendo un niño, y responde como tal. Es ahí donde radica el principal punto positivo de la serie: Los personajes son carismáticos e interesantes. No solo Jonah y Koko: Todos los miembros del grupo tienen su personalidad, sus gustos, su historia... y conocerla y verlos actuar es suficiente para que la serie guste.
Nos encontramos, además, con varias subtramas de interés en ciertos personajes: El miedo a enfrentarse a un pasado traumático del que casi no se sobrevivió, las secuelas del trauma de una chica que acabó aliándose con el asesino de su familia, o el encuentro de Jonah con el responsable de gran parte de las miserias de su pasado.
Todas esas subtramas son interesantes, al igual que los personajes, y además tienen un enfoque bastante original. Voy a resumirlo así: La serie merece la pena, aunque la ausencia de una trama global la puede hacer menos interesante, como sucede con frecuencia con las historias con capítulos (o grupos de capítulos) autoconclusivos, aunque a fin de cuentas la historia de Jormungand continúa en la segunda temporada.
En cuanto a la animación, no tengo mucho que decir al respecto. El estilo de animación es convencional, pero la calidad técnica es muy alta. Las escenas de acción, que son bastante abundantes, sirven de buena muestra de la fluidez y calidad de la que Jormungand hace gala. Los efectos de balas, explosiones y movimientos veloces no se quedan atrás, ofreciendo una animación de gran calidad, tanto en los movimientos como en la simple visual que se puede apreciar viendo cualquiera de las imágenes de la serie.
Y por último, de la banda sonora tampoco tengo mucho que decir. Ya de por sí el anime es bastante... peculiar, combinando temas serios con un contraste fanfarrón y humorístico. La banda sonora es igualmente peculiar, de modo que combina bien con el estilo de la serie, aunque no por ello resulta memorable. Eso ya dependerá de cada espectador.
Como siempre, pongo un par de ejemplos:
Como siempre, pongo un par de ejemplos:
Así que, ¿qué puedo decir de la serie? Sin lugar a dudas me quedo con que es interesante y original, y tiene buenos personajes. La originalidad es algo que aprecio mucho en estas cosas, y Jormungand desprende estilo propio.
Es cierto que el sistema de subtramas puede hacer que el total no tenga un hilo conductor tan interesante que nos empuje hacia delante, pero todo lo que vemos merece la pena, es entretenido y tiene carisma. Basta decir que mientras escribía esta entrada he buscado mil formas de no repetir la palabra "interesante".
Pronto veré la segunda temporada y veré qué depara Jormungand, pero me encantan las series con estilo propio, así que no puedo sino recomendar verla, pese a no saber cuál es exactamente la trama principal que quiere contar.
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