Ahora que tengo que escribir sobre muchas obras que tengo pendientes, me doy cuenta de que realmente recuerdo mucho mejor los videojuegos jugados que las series o películas vistas o libros leídos. Hablaré de todo lo que apunté en la lista al terminarlo a su debido tiempo, aunque prefiero priorizar con los videojuegos.
El juego del que hablaré hoy es Final Fantasy III, concretamente la refundición de DS que hizo Square Enix, y que sería seguida por muuuuuuchos juegos de Final Fantasy en la consola. Yo, como acostumbro, los jugaré en orden. De hecho, el azar dijo que jugara Final Fantasy V (que ni siquiera estaba en DS), pero tenía que ir por orden a menos que me saliera un subproducto de la saga.
Sin spoiler
Luz y Oscuridad viven en armonía y equilibrio, permitiendo su existencia y la de la vida en el mundo. Hace mucho tiempo, la luz se volvió más poderosa, y los 4 Elegidos de la Oscuridad se alzaron para devolver a la luz a su posición natural y devolver el equilibrio y el orden establecido a la tierra de los humanos. Ahora es la Oscuridad la que ha crecido, y cuatro elegidos de la Luz deberán alzarse y utilizar los cristales para volver a restablecer el equilibrio.
Una trama así de simple no es de extrañar teniendo en cuenta que el juego fue lanzado para NES hace ya más de quince años. Posteriormente, Final Fantasy III fue refundido para Nintendo DS, dando lugar al juego del que voy a hablar. Aunque primero me gustaría preguntaros una cosa: Cuando jugáis una refundición o remake, ¿qué esperáis ver? Cabría elegir entre dos opciones: El mismo juego con gráficos, música y controles adaptados a la modernidad, o la misma base del juego reconvertida en lo que sería un juego de la consola actual.
Por mi parte, suelo esperar lo segundo, dando cabida a muchas mejoras jugables, novedades, ampliación de la trama... algo así como lo ocurrido en Fire Emblem: New Mistery of the Emblem, del que hablé en el blog hace mucho.
El caso es que pregunto esto para simplificar las cosas, porque si lo que queréis ver es lo segundo que he dicho... Final Fantasy III se aleja de esos estándares. Pero bueno, iré por partes, como siempre.
Vamos a empezar con el aspecto que normalmente llama antes la atención en una refundición: Los gráficos. Os pongo una imagencita del Final Fantasy III original:
Estamos hablando de NES, a fin de cuentas. En su adaptación a DS, los gráficos que se han escogido no han sido sprites, sino cuerpos en 3D. Visualmente, tanto escenarios como personajes luchen de forma la mar de aceptable en el 3D que acostumbramos a ver en DS. Los personajes, tanto en mapa como en batalla, tienen una apariencia "chibi", y los enemigos se reflejan en batalla como criaturas bien definidas. El nivel es bueno, a primera vista.
El problema viene cuando vamos más allá. En primer lugar tenemos las animaciones de los personajes, que lucen bastante toscas y mecánicas. En batalla, para la mayoría de los ataques los protagonistas y enemigos apenas avanzarán un par de pasos, es decir, que cuando un personaje ataque por ejemplo con una espada, avanzará, dará espadazos al aire, y luego el enemigo recibirá daño. Este sistema visual queda bastante arcaico para los tiempos que corren, aunque sea la adaptación visual de lo que se veía en NES.
Por otro lado tenemos una cantidad de recolores que, tratándose de NES, y dando por hecho que no se iban a cambiar las criaturas desde el juego original, son... aceptables. Hay. Bastantes. Pero dadas las circunstancias, podría ser peor. Por último, por el lado de los protagonistas tenemos una amplia cantidad de trabajos (que explicaré más adelante), y cada trabajo otorga un aspecto único a cada personaje. Dentro del mismo trabajo, existen pequeñas diferencias visuales entre los protagonistas, que pese a no ser muy grandes, se agradecen porque están siempre presentes.
El apartado musical ha revivido los temas adaptados a la generación de DS, remezclándolos por así decirlo y creando unos temas acordes a nuestra ép... Bueno, no, se siguen notando anticuados en muchos casos, y por sí solos no suelen destacar para nada. Sí debo decir que en la recta final hay unos cuantos temas la mar de buenos que mejoran mucho la experiencia de ese tramo, pero por norma general la música solo es simpática, sin más alardes.
El tema de batalla:
Podéis compararlo con el tema original.
Y aquí otro tema, de los que más me gustan:
Y en total hay unos sesenta temas, así que tratándose de una refundición de NES, la cantidad es muy buena. El problema con la calidad es la limitación de refundir temas antiguos, pero el resultado está bien, sin alardes.
Si pasamos a la trama... Mirad, voy a ser directo: Estamos hablando de un juego de NES, por lo que la historia es una chorrada típica del género. No se lo vamos a reprochar teniendo en cuenta la época. El caso es que la versión de DS no ha aumentado los elementos de la trama, por lo que tenemos un calco de la trama de NES, es decir, una trama vacía, con personajes carentes de personalidad... en fin, lo típico en aquella época. A la trama se le añaden algunos elementos en la recta final, poco, pero algo.
No se lo vamos a reprochar al juego de NES, pero... la refundición bien podría haber añadido algo más.
Por último, queda hablar de la jugabilidad. Podemos imaginar de antemano que el sistema de combate por turnos es de lo más clásico que se pueda echar en cara, aunque los trabajos aportan variedad al asunto. Cada trabajo puede equiparse unos objetos y armas concretos y tiene una habilidad especial. Elegir el trabajo de cada miembro del grupo y planear estrategias acordes para derrotar a los enemigos una vez el juego se pone difícil es el aspecto más destacable. Si bien la antigüedad del sistema se deja notar en varios aspectos como una dificultad que pasa de la facilidad aburrida a la dificultad absurda, los desequilibrios en los daños causados o la planitud de las mazmorras, todo esto puede verse desde una perspectiva... acogedora. No digo que no sean errores, pero una vez se ha aceptado que este juego es una renovación de un juego anterior para adaptar lo antiguo a los mínimos visuales y gráficos de la actualidad, puede ser disfrutable pese a sus errores.
Dicho todo esto, si lo que se busca es un RPG de calidad, Final Fantasy III no es la opción más recomendable. Estando algo obsoleto en muchos sentidos, FFIII está hecho para aquellos amantes de la saga que quieren conocer sus comienzos pero no pueden digerir un producto de NES. Para ellos, la versión de DS facilita visitar esta pieza, que de por sí necesita bastantes más elementos para hacerse recomendar más allá de su valor histórico como parte de la franquicia RPG más famosa de la historia.
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