3 de Agosto de 2018
Esta primera temporada utiliza un solo signo de explicación, la segunda añade un signo de interrogación y la tercera duplica el de exclamación. Una gracia, vaya.
Teniendo en cuenta la naturaleza de esta serie, a menos que la situación cambie drásticamente lo más seguro es que no escriba ninguna entrada sobre las siguientes temporadas cuando las vea. Sencillamente, a menos que la cosa cambie, es innecesario.
Teniendo en cuenta la naturaleza de esta serie, a menos que la situación cambie drásticamente lo más seguro es que no escriba ninguna entrada sobre las siguientes temporadas cuando las vea. Sencillamente, a menos que la cosa cambie, es innecesario.
Es raro hablar de un anime de este estilo, porque como otros como Doraemon o Shin-Chan, avanza sin dirigirse a ningún sitio en especial.
Pero bueno, es un estilo y no por ello el producto es peor.
Tampoco es peor por estar protagonizado por una chica calamar mona.
Supongo.
No hay nada que destripar
Las playas del mundo no volverán a ser lo mismo tras la venganza de la más temibles de las criaturas marinas. Dispuesta a vengarse de los humanos por contaminar sus aguas, un ser sale del fondo del mar para conquistar el plano terrestre.
Pero la situación no parece tan alarmante si ese ser resulta ser Ika Musume, la Chica Calamar.
La primera incursión de Ika la llevará a un chiringuito de playa dirigido por dos hermanas, pero aunque ella diga lo contrario, la invasión parecerá torcerse cuando, para reparar sus daños causados, la chica calamar comienza a trabajar en el chiringuito.
Con esa excusa, que ocurre ya en el primer capítulo, se dispone el set para el resto de la serie. Ika Musume, la chica calamar, está en la playa trabajando para un chiringuito mientras planea conquistar la tierra.
La trama no va a avanzar más de ese punto y eso es algo que conviene tener claro desde el principio. La serie es un Slice of Life basado simplemente en entretener y divertir con sus capítulos independientes entre sí (Tres capítulos en cada episodio de veinte minutos) y con sus personajes.
Al primero de ellos, que haría las veces de protagonista (aunque eso depende del capítulo), ya lo he presentado: Ika Musume.
Proviene del mar y por tanto su escaso entendimiento del mundo humano es una de las fuentes más concurrentes de humor de la serie. A menudo se muestra bastante despiadada (ya que, en un principio, pretende someter a los humanos), pero acaba pareciendo simplemente una niña que está jugando y que no entiende bien su alrededor.
Las maravillas del mundo humano pronto la hacen olvidar sus objetivos, con lo que la conquista del mundo sale cada vez menos a coalición.
Aunque lo cierto es que es un personaje que funciona bastante bien. Como protagonista, Ika es carismática, adorable y divertida, aunque por supuesto esto es cuestión de gustos. Lo bien que te caiga Ika Musume puede ser determinante para odiar o adorar esta serie.
En orden de importancia luego vienen las encargadas del chiringuito: las hermanas Eiko y Chizuru Aizawa.
Eiko es pelirroja, y como marcan las leyes de los tópicos, debe ser la chica más bruta del grupo. Eiko es la más dura con Ika y la que siempre está recriminando por las cosas que no hace, aunque en el fondo la quiere... un poco.
Chizuru, en cambio, es una chica extremadamente calmada a la que parece importarle poco o nada lo que ocurre a su alrededor. Hasta que se enfada de verdad, porque bajo su apariencia apacible se encuentra un monstruo terrible con unas habilidades físicas extraordinarias.
En orden de importancia luego vienen las encargadas del chiringuito: las hermanas Eiko y Chizuru Aizawa.
Eiko es pelirroja, y como marcan las leyes de los tópicos, debe ser la chica más bruta del grupo. Eiko es la más dura con Ika y la que siempre está recriminando por las cosas que no hace, aunque en el fondo la quiere... un poco.
Chizuru, en cambio, es una chica extremadamente calmada a la que parece importarle poco o nada lo que ocurre a su alrededor. Hasta que se enfada de verdad, porque bajo su apariencia apacible se encuentra un monstruo terrible con unas habilidades físicas extraordinarias.
Luego está el hermano pequeño de ambas, Takeru, que es el que mejor se lleva con Ika porque se comporta como un niño y porque le sigue la corriente cuando ella muestra sus poderes de calamar y proclama sus macabras intenciones.
Y luego tenemos algún personaje más: Gorou, el vigilante de la playa; Sanae, una amiga de Eiko loca por Ika; Cyndi, una agente estadounidense convencida de que Ika es una extraterrestre; o Nagisa, que al contrario que todos los demás, teme a los increíbles poderes de Ika.
Ah, y bueno, no olvidemos a esta adorable mini Ika Musume que aparece sin venir a cuento en un capítulo solo para ella. Aunque no me quejo, porque la verdad es que el capítulo me gustó.
Lo cierto es que el plantel de personajes, base en series como esta, tampoco es ninguna maravilla, pero la serie sabe jugar con ellos para dar lugar a varias escenas humorísticas bastante divertidas.
También se agradece que Shinryaku no tire al fanservice fácil. Los personajes son casi todos chicas y la acción ocurre en una playa, así que la naturaleza del fanservice es evidente. Sin embargo, la serie demuestra tenerse respeto a sí misma, y que no sea más que un entretenimiento humorístico no la empuja a buscar audiencia a través de un fanservice destacable. Y a mí, por lo menos, me gusta y me sorprendió gratamente ver una cantidad nimia, que ni siquiera puede considerarse como tal con absoluta certeza, como lo mona que puede llegar a ser Ika a veces.
En el apartado técnico, tanto la animación como el sonido funcionan bastante bien para el tipo de serie que es, sin sobresalir pero sin ahorrar en recursos más de lo necesario. Normalmente ahondo un poco más, pero en este caso con decir esto ya basta. Hace lo que tiene que hacer, bien hecho, simplemente.
La verdad es que estas series uno las ve para divertirse y reírse sin muchas pretensiones. Como no hay una trama de fondo ni un desarrollo de personajes, que nos guste o no depende de cuánto cariño le cojamos a los personajes y de cuánta gracia nos hagan las escenas.
Si la vemos sin muchas pretensiones, sentándonos relajados, lo cierto es que Shinryaku! Ika Musume puede ser una serie bastante divertida. Simple y quizá olvidable, pero graciosa, agradable y entretenida.
A mí, al menos, me sacó alguna sonrisa.
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