[PS2] Final Fantasy X

miércoles, 9 de enero de 2019
9 de enero de 2019

Durante muchos años, los RPG me comenzaron a gustar pero la saga Final Fantasy, por algún motivo, no me llamó para nada la atención.
Aún así jugué a Final Fantasy XII, uno de los juegos de la saga menos queridos por los fans, y la cosa se quedó ahí. Más tarde, dejaría atrás esa desgana para jugar a Final Fantasy III, del que hablé en esta entrada y el juego de hoy, Final Fantasy X. Posteriormente también he jugado al más famoso de la saga, Final Fantasy VII, cuya entrada escribiré dentro de un tiempo.

El caso es que jugué a Final Fantasy X a través de su versión Remaster HD de PlayStation 3. Eso quiere decir que aunque sé algunas de las diferencias con la versión original de PS2 siempre puede escaparse algún pequeño detalle, del que me disculpo de antemano.

Sin spoilers, para no variar


Final Fantasy X es el décimo título de la saga principal de Final Fantasy y el primero que salió para PlayStation 2. Fue desarrollado por Squaresoft y más adelante apareció junto con su secuela X-2 en una edición remasterizada que incluía ciertas mejoras y que se lanzó en PlayStation 3, PSVita y PC.

Narra la historia de Tidus mientras ayuda a Yuna a completar su viaje para liberar al mundo de Sinh.



La historia de Final Fantasy X es la historia de un viaje. Tidus, el protagonista, es una estrella del Blitzball en Zanarkand cuando un día una misteriosa criatura llamada Sinh ataca la ciudad. Tidus acaba en un mundo extraño, donde al mencionar que proviene de Zanarkand recibe la noticia de que la ciudad fue destruida mil años atrás.
Perdido y desconcertado en ese nuevo mundo, Tidus se embarca en un viaje junto a la sacerdotisa Yuna para librar el mundo de Sinh y descubrir la verdad detrás de este misterio.

Como ya he dicho, la historia del juego es la historia de un viaje, un viaje desde el punto de origen, Besaid, hasta la ciudad de Zanarkand en un peregrinaje para detener a Sinh. Esta estructura es susceptible a la linealidad, y de hecho tanto el desarrollo del juego como la historia en sí siguen un recurrido muy lineal, con alguna sorpresa por el camino pero sin nada especialmente rompedor que altere el punto de partida inicial.
La historia está bien contada y es sólida, aunque no es especialmente ambiciosa. A ratos los sectores intermedios del viaje pueden hacerse algo flojos, aunque haya bastantes momentos de interés. La argumentación de la trama y su recta final son muy buenos, gracias a lo cual lo que hay es de calidad. Sin embargo, quizá esperaba algo más por parte del juego.

Un punto positivo de este apartado, como suele ser habitual en la saga, es que los personajes son bastante buenos y carismáticos, y además tienen su propio desarrollo personal. Además, a todos se les da algún momento concreto para lucirse sobre el resto del plantel. En cuanto a su justificación, salvo el personaje de Rikku (cuya inclusión es bastante forzada en un comienzo) el resto están en la historia por un motivo, lo que propicia para bien la solidez del argumento.


Mención especial para algunos de estos personajes, como al excelente Auron, o a Kimahri, que esconde bastante bajo su silenciosa presencia. Tampoco puedo dejar de mencionar a Wakka, que dentro de su simpleza es un personaje muy humano.

Jugablemente Final Fantasy X utiliza el sistema más convencional de un RPG por turnos. Según la velocidad del personaje le toca atacar en un turno u otro, olvidándose de la clásica barra de acción tan característica de la saga. Lo que tiene de especial es que se puede cambiar entre los siete personajes en todo momento, y como cada uno de ellos tiene un papel distinto en el equipo, este sistema da mucho juego. Aunque los personajes desarrollan sus habilidades a través de un tablero de esferas (lo que nos da cierta libertad de personalización) lo normal es que cada uno tenga una especialidad y unas habilidad distintas cuya utilidad varía según la situación. Un personaje que convierte un combate difícil en un paseo puede ser totalmente inútil en la siguiente batalla.
Final Fantasy X es uno de los RPGs por turnos más interesantes que he jugado por lo bien que aprovecha su sistema de combate.


A medida que el juego avanza y se va acercando al final la dificultad va aumentando progresivamente a buen ritmo, exigiendo cada vez más por parte del jugador, que se obligado a aprender cómo aprovechar correctamente a los distintos personajes, propiciando muchísimo ese apartado jugable.

Lo que sí es cierto es que los aspectos jugables ajenos al combate no ponen tanto empeño en dar lugar a una experiencia especial. El juego es bastante lineal y carece casi por completo de más exploración que un par de rutas muertas dentro de las mazmorras. Las zonas opcionales son pocas y apenas se dejan notar entre la larga recta que lleva desde el inicio de la historia hasta el final.
En cuanto a los extras, el más destacado es el blitzball, un minijuego deportivo basado en marcar goles en las porterías rivales, parecido a una especie de balonmano acuático.


El blitzball es una especie de RPG táctico dentro del juego bastante interesante. Puede resultar algo aparatoso, pero da mucho juego.
En cuanto al contenido extra, el mayor problema es que tanto los extras como el contenido posjuego son larguísimos y requieren una cantidad astronómica de tiempo. Me explico: No es que haya una cantidad impresionante de contenido extra, sino que requiere una cantidad bestial de tiempo.
Por ejemplo, los jefes del posjuego son tan infinitamente más poderosos que los de la historia que para poder enfrentarlos necesitamos gastar decenas de horas en subir de nivel si queremos siquiera soñar con poder confrontarlos. Y no hablo del más fuerte de todos, sino de prácticamente todo el posjuego. Perfeccionar el Blitzball y ganar sus premios también requiere muchísimo tiempo.
Hay a quien puede gustarle dedicar tantas horas al juego, pero por mi parte considero un error que la cantidad de tiempo para "acceder" a ese contenido extra sea tan exagerada, por lo que la mayoría de los jugadores optarán por ignorar dicho contenido.


En cuanto al apartado gráfico, quien ya haya jugado a algún Final Fantasy sabe qué se va a encontrar. Los gráficos eran excelentes en su consola, y para encontrar juegos que los superen hay que irse a los más grandes de PlayStation 2 o a los últimos juegos. Hay que tener en cuenta que el juego salió en 2001, cuando la primera consola de Sony todavía estaba en su recta final. Es cierto que más tarde fue superado (Entre otros, por los maravilloso gráficos de Final Fantasy XII), pero nadie puede negar que el nivel gráfico del juego es excelente.
Posteriormente, la edición Remaster mejoró estos gráficos que ya eran buenos. Refinó los rostros, retocó los escenarios e hizo más elegante la interfaz de los menús, entre otros cambios, en mi opinión, positivos.

En cuanto al diseño artístico, los escenarios lucen bien, pero no son impresionantes. Algunos lugares como Guadosalam o Zanarkand son interesantes, pero por lo general los mapas se ajustan al canon de la saga y no llegan a destacar demasiado ni a permanecer en la memoria del jugador.


Por último, la banda sonora está compuesta por 90 temas de la mano del archiconocido Nobuo Uematsu (famosísimo dentro de Final Fantasy) junto con los compositores Masashi Amauzu y Junya Nakano.
Lo cierto es que la banda sonora es buena, no puedo negarlo, pero me da la sensación de que se le da mucho mejor hacer temas bonitos que temas intensos. Mientras que las escenas más bonitas del juego tienen temas preciosos (que incluyen un tema vocal bastante destacable), los momentos más intensos a menudo requieren mejores canciones. Los temas de jefe alternan entre solo dos temas. Hay más, por supuesto, pero todos ellos están concentrados en la recta final del juego, por lo que se echan de menos en algún momento intermedio del juego.
Quizá esperaba más de la banda sonora, que me parece inferior a la de, por ejemplo, Final Fantasy XII, pero no por ello voy a negar que la banda sonora de Final Fantasy X es buena, muy buena.
Aquí es necesario mencionar que la edición HD Remaster no se limitó a mejorar los gráficos, sino que también ofreció nuevas versiones de la inmensa mayoría de los temas musicales. Los encargados de estas nuevas versiones fueron principalmente los compositores originales, que ahora se veían libres de algunas limitaciones anteriores.
Pongo un par de ejemplos de la versión remasterizada, que fue la que jugué. El primero es un tema de mapa y el segundo es el tema de batalla:



¿Que qué versión es mejor? Los que jugaron primero a la versión de PS2 tenderán a decir que esa versión es superior, y al contrario. Así que voy a decir, simplemente, que es cuestión de gustos, aunque sí es cierto que la banda sonora de la edición HD Remaster suena más moderna.


Con todo ello, no me cabe duda de que Final Fantasy X es un RPG muy interesante que gustará a los fans de los RPG por turnos. Todo está bien montado, salvo ese aparatoso posjuego, pero quizá le falta un paso más para sorprender.
El nivel técnico es excelente y su variedad jugable destaca dentro de los RPGs. La historia narra una travesía elegante con elementos bien dispuestos y buenos personajes.

Quizá un poco más de ambición habría marcado la diferencia y le hubiera hecho destacar aún dentro de su propia saga, pero es un juego excelente y recomendable.


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