[PS2] La leyenda de Spyro: Un nuevo comienzo

viernes, 10 de agosto de 2018
10 de Agosto de 2018

Ya en su día hablé de otro juego de Spyro, concretamente de Spyro: A Hero's Tail, e incluso comenté que hablaría del juego del que voy a hablar hoy.


Tanto Spyro como Crash son muy importantes para mí porque son de los mejores referentes del plataformas 3D, uno de mis géneros favoritos, especialmente el dragón morado, que es en mi opinión uno de los mejores plataformas de la historia.


Como ya dije en aquella entrada, tras tratar de reiniciar la saga con ideas diferentes a las originales que pretendían mantener algo de estilo innovando dentro de la saga, ambas sagas optaron por la vía fácil y empezaron a hacer juegos más sencillos. Se trata de estos plataformas modernos con mucha acción y poco plataformeo.
Ya hablaré también de Crash: Lucha de Titanes, aunque dentro de bastante tiempo. El caso que nos ocupa hoy es el reinicio de la saga del dragón con La leyenda de Spyro: Un nuevo comienzo, nombre que deja claras las intenciones.

Sin spoiler


La leyenda de Spyro: Un nuevo comienzo fue un reinicio de la saga Spyro que salió para PlayStation 2, GameCube y XBox en el año 2006, desarrollado por Krome Studios. También hubo versiones para Game Boy Advance y Nintendo DS, esta primera desarrollada por el mismo estudio, pero como suele pasar, eran versiones diferentes del juego (Y probablemente peores, aunque quién sabe).
El juego coge al personaje de Spyro y lo utiliza como protagonista de una historia en principio más seria, con un aire de leyenda de fantasía. Jugablemente, las plataformas desaparecen por completo y el juego se enfoca totalmente en la acción.



Una vez cada muchos años, llega el Año del Dragón y los huevos de dragón se abren. De entre estos huevos, hay un ejemplar del que se dice que cambiará el mundo: El huevo morado.
En este Año del Dragón este huevo hace más falta que nunca, pues los dragones están enfrentándose a Cynder, el Maestro Oscuro. El dragón Ignitus, uno de los sabios, consigue escapar de las garras de Cynder, pero pierde el huevo en el pantano. El resto de sabios son encerrados por el Maestro Oscuro, dando por perdida la batalla.

En este perdido pantano, el huevo morado se abre y una familia de libélulas lo adopta como uno de sus hijos. Al hacerse mayor, este pequeño dragón, de nombre Spyro, se embarcará en una gran aventura para descubrir su origen y cambiar las tornas de la guerra contra Cynder.


Si hay algo que definió la naturaleza del juego fue esa nueva ambientación que renunció a la fantasía de los primeros juegos para centrarse en una historia de fantasía épica. No digo que fuera una decisión equivocada, porque al margen de su ejecución, reinventar la saga en ese estilo podía funcionar.

Los problemas vienen de otra parte. Este estilo de fantasía épica no está mal contado y por lo general funciona. El comienzo de la historia es hasta entrañable, así como la historia sobre el huevo morado que nos cuenta al principio el primero de los sabios dragón: Ignitus. El problema viene cuando la historia se reduce a un principio y un final, renunciando a casi todo su desarrollo. Así, el juego se resume en rescatar un dragón tras otro, lo que hace que este aire épico deje de funciona tan bien como podría.
No ayuda que a Sparx, compañero mudo en anteriores ocasiones, lo hayan convertido ahora en el típico graciosillo que si no suelta un chascarillo revienta. A veces estos personajes consiguen sacar una risa, pero en este caso Sparx fue poco más que un personaje cansino.

Gráficamente podríamos culpar al juego, si acaso, de no arriesgarse. Los mapas, aunque luzcan bien, no son especialmente originales, pero funcionan. El diseño del último mapa, en especial, me gustó bastante. El problema es que son pocos mapas y no llegan a formar escenarios dignos de visión, pero bueno, tampoco es que el juego lo haga mal del todo en este apartado.


Un asunto más... controvertido, es el diseño de los personajes. Muchos han criticado el Spyro de esta entrega, pero la verdad es que dentro del juego no luce tan feo como pudiera parecer a primera vista. Algo parecido pasa con Sparx. En cuanto a los demás dragones y a los enemigos del mapa, podríamos sacarle el error de que estos últimos se repiten mucho, pero son buenos diseños, coherentes y eficaces.
En la música nos encontramos con tres cuartos de lo mismo. Un uso no especialmente original pero eficaz y acorde al estilo. La música alegre estilo plataformas queda totalmente olvidada en favor de un nuevo estilo más épico y cinematográfico. Creo que el juego podría haber funcionado igual de bien con una banda sonora más animada, pero la elección de este estilo no es un error.
Podéis oírlo vosotros mismos. Aquí os pongo un par de temas de escenario y un tema de batalla:








Definitivamente la banda sonora no es mala, y aunque este cambio tan brusco respecto a juegos anteriores pueda chocar, es bastante consecuente con el nuevo estilo del juego. Pasa algo desapercibida, eso sí, aunque lo cierto es que eso es algo que suele pasar con este estilo musical.

El doblaje español, por su parte, ayuda bastante a mantener ese aire épico con unas voces más serias que de costumbre, pero de gran calidad.

Pero vamos ya con el asunto principal y determinante de este juego, y en suma, a su mayor error.
Lo primero que tiene que quedar claro al jugador de La leyenda de Spyro, sobre todo si viene de juegos de Spyro anteriores, es que no espere plataformas. No hay ningún elemento plataformero en el juego.
¿Qué queda, entonces? Pues la parte de acción de un plataformas: Avanzar matando enemigos con golpes. La razón por la que digo que se trata de la parte de acción de plataformas y no un juego de acción sin más es porque es lo que parece. Apenas hay combos, por lo que tenemos muy pocas opciones de combate para muchísimos enemigos. El juego, al poco tiempo, se hace monótono y cansino, porque tiene muy poco que ofrecer. A fin de cuentas, ¿es divertido tirarse diez horas matando enemigos si tenemos apenas un par de combos? Ayuda un poco contar con varios tipos de aliento distinto, pero no salva que el juego se base en casi toda su totalidad en la repetición.


Y es que esa es la cosa. La nueva ambientación no es un fallo, como tampoco lo es la banda sonora o los gráficos que la apoyaron. El fallo es que el juego se basa simplemente en seguir la recta hacia delante matando a los enemigos, lo que dada la escasez de movimientos con los que cuenta Spyro, nisiquiera es divertido. El hecho de que la parte central de la historia consista simplemente en pasarse el 80% de la historia rescatando dragones hace que esta no sea suficiente aliciente en absoluto para continuar.

Es por eso que, a pesar de que pudo tener ideas buenas y aciertos, sintiéndolo mucho, no se me ocurre ningún motivo real para que jugar La leyenda de Spyro: Un nuevo comienzo merezca la pena. Y me da pena decir estas cosas de un juego, especialmente de un personaje al que le tengo tanto aprecio, pero no es culpa mía, sino del juego.
Algún día jugaré las dos entregas posteriores y os diré si, llegado el caso, merece la pena jugar al juego de cara a las entregas futuras. Hasta entonces, no puedo recomendarlo a ningún público en concreto.

Una auténtica pena. Esperemos que, con el nuevo remake de la trilogía original a las puertas, las cosas le vayan mejor a Spyro a partir de ahora.



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