1 de Diciembre de 2016
Cuando no tengo claro qué quiero jugar y simplemente quiero jugar algo nuevo, voy a mi lista de juegos (extensa como ella sola), y decido al azar a qué jugar. Así, al decidir aleatoriamente mi próximo juego, acabé dando con un clásico de la primera hija de Sony: Legend of Legaia, un RPG que muchos jugaron en su día, y que a mí me tocaría probar a día de hoy.
Y, después de eso, toca hablar de él.
Sin spoilers, por supuesto
Legend of Legaia es un RPG por turnos creado para PlayStation en el año 1998 (Aunque no llegaría a España hasta el 2000). Su empresa desarrolladora, Prokion, le dio vida a él y a su secuela, y después parece que desapareció del mapa.
El juego se caracteriza por su corte clásico y su ritmo lento, y narra la lucha de unos héroes contra la Neblina, que vuelve locos a los monstruos-máquina llamados Seru.
A la hora de hablar de un juego suelo decidir si hablar de la jugabilidad al final o al principio. Decir qué se va a jugar y luego cómo está enmarcado o definir el marco y después describir qué se juega dentro de ese marco son los pasos más lógicos para mí. Esta vez empezaré enmarcando el juego y después hablaré de su jugabilidad.
Empecemos con la trama:
El mundo de Legaia cambió drásticamente cuando los Seru llegaron desde un lugar desconocido. Aprovechándose del increíble poder de estas criaturas neutrales, la humanidad avanzó a pasos agigantados y desarrolló una tecnología basada en el uso de los Seru, que les permitían optar a unas fuerzas sobrehumanas y otros beneficios.
Pero todo cambió cuando la Neblina se propagó por Legaia, haciendo enloquecer a los Seru y convirtiéndolos en malvados monstruos que atacaban a las personas. Sin la tecnología de los Seru y bajo sus ataques enloquecidos, la humanidad corre peligro.
Pero una chispa de esperanza nace en la aldea de Rim Elm, donde un joven llamado Vahn despierta a un misterioso ser llamado Meta, un Ra-Seru, un Seru más poderoso e inmune al diabólico poder de la Neblina.
Con la ayuda de la alegre joven Noa, una chica criada en la naturaleza, y Gala, un estricto y serio monje del monasterio de Biron, Vahn deberá utilizar el poder de los Ra-Seru para despertar a los Árboles Génesis y alejar a la temible Neblina, mientras destruyen los Generadores de Neblina para acabar con esta amenaza para siempre.
Como podemos ver, la premisa de Legend of Legaia sirve como base tanto para una interesantísima trama digna de un museo como para otra trama tópica más en el mundo de los RPGs. Y, la verdad, es más bien lo segundo.
Aunque en un principio parece interesante, su desarrollo acaba siendo lo que ya hemos visto miles de veces en este mundo.
Sucesos fragmentados, unos villanos marcados, y lo más típico y molesto de la trama de los RPGs: Un objetivo numérico. Es decir, que se nos da como objetivo "Derrotar a X enemigos", o "Conseguir X gemas"... Esa forma de simplificar la trama se utiliza esta vez para los Árboles Génesis y los Generadores de Neblina. Es cierto que mientras vas de un lado a otro ocurren ciertas cosillas, pero casi nunca tienen un interés real. Algunos puntos no están mal del todo, eso es cierto, pero en general no destacan en absoluto.
Es sencillo: Legend of Legaia no se juega por su trama. Puede funcionar mejor o peor en ciertos puntos, o tener algún aspecto más original, pero la experiencia final de la trama es simplemente la excusa para moverse por el mundo. Simple y llanamente.
En cuanto a los personajes, el protagonista es, cómo no, mudo, una costumbre de los RPGs clásicos que a menudo solo sirve para desarrollar un personaje menos. Como ahora. Solo que esta vez, como solo tenemos tres protagonistas, esta sensación se ve acrecentada.
En lo que se refiere a los otros dos, Noa se comporta como una cría, siempre alegre, enfurruñándose rápido, lanzándose según sus impulsos. Es un personaje divertido, aunque apenas se desarrolla. De hecho, el único desarrollo que tiene la acerca cada vez más a la compañera del protagonista arquetípica.
Por otro lado, sí tengo que decir que el personaje de Gala me gustó bastante. Al comienzo es una persona seria que te acompaña para cumplir un objetivo y que no soporta las chiquilladas de Noa, pero poco a poco se va volviendo más comprensivo con ella, a la vez que se muestra más amigable en general, sin dejar nunca de ser serio y estricto.
Con respecto a los personajes secundarios, tenemos lo de siempre en RPGs, nada especial. El personaje de Songi tiene su aquel como rival de Gala y antagonista a ratos, pero de los demás villanos casi no me acuerdo. Bueno, hay un trío que... Bueno, a esos los dejo por si acabáis jugando al juego.
Los gráficos, por su parte, son de lo mejor que he visto en PSX. El mapa luce bastante bien, aunque los personajes a veces se ven demasiado cuadriculados, y los monstruos muy, muy poligonales. Pero los escenarios del mapa están muy bien. Lo malo es que el juego tampoco diseña mapas especialmente destacables para ver.
Donde sí se luce este juego es en las batallas. En batalla, los personajes son representados con muchos polígonos, y eso se nota en unas figuras que superan a las primeras etapas de PS2. No solo los protagonistas, sino también los monstruos. Todos en batalla lucen de una forma increíble, especialmente cuando les toca atacar y realizan combos con una fluidez gráfica sobresaliente para la época. Los jefes, más grandes y temibles, también son representados en todo su esplendor. Los gráficos en batalla son increíbles, queda claro, y pueden ser uno de los motivos para jugar al juego. Además, el juego cuenta con el detalle de que los objetos equipados son visibles en batalla, detalle muy poco común en aquella época.
Los efectos de sonido... Bueno, aquí tengo que decir que tuve un pequeño problema. Al emular el juego, debido a la potencia gráfica presente en las batallas, este se ralentizaba a la hora de realizar ciertas técnicas, y lo peor de todo, muchos efectos de sonido se perdieron. Nunca los escuché, más que en ciertos videos que vi. Concretamente, los efectos de sonido que se escuchaban al utilizar Seru en batalla (Luego explicaré eso en el apartado de la jugabilidad), y lo peor de todo: Las voces. Los combates vienen acompañados de voces de los personajes al atacar y usar técnicas, y de varios otros efectos sonoros. Yo solo podía escuchar la mitad de ellos, los golpes y las voces al recibir ataques. Pero aun siendo la mitad, ya había bastantes efectos, así que el total es bastante destacable, y acompaña bastante bien a los excelentes efectos gráficos de los combates.
En cuanto a la música... los temas son muy... ¿percusivos? Ni siquiera sé si esa palabra existe, pero creo que no. Hay temas tipo de los RPGs, especialmente en el mapa, pero en batalla suenan otro tipo de temas, en los que los instrumentos de percusión cobran gran importancia. El problema es que a veces no son muy agradables de escuchar. No suenan tan bien como deberían, y a veces pueden ser hasta rayantes. Viendo algunos de los temas, se sabe que pudieron hacerlo mucho mejor.
Aunque hay temas buenos, claro, y un detalle que siempre se agradece: Los enemigos más importantes tienen temas de batalla propios.
Y ya puedo dar paso a la jugabilidad, aunque no creo que me explaye mucho.
Voy a simplificar con respecto al mapa: No hay nada que destaque. Ya está, la exploración en mapa es tópica y no tiene nada especial. Simplemente.
En cuanto a las batallas, el sistema de ataque se basa en dos aspectos: Los combos y los Ra-Seru. A la hora de atacar al enemigo, podemos elegir si atacar con la pierna derecha o izquierda, o con cualquiera de los brazos. Eligiendo los golpes damos lugar a los combos, cuyo número varía en función del personaje y de los golpes que elijamos (Si llevamos una espada larga en el brazo derecho, atacar con el brazo derecho nos ocupará más espacio, por ejemplo) hasta completar la barra de ataque (Al principio suelen ser cuatro ataques). Si realizamos una determinada combinación, el personaje realiza un ataque especial, más potente, pero con coste de unos puntos que recuperamos con el mero paso de los turnos. Es importante saber cuándo conviene darlo todo con combos fuertes y cuando es mejor mantener una cantidad moderada de puntos en la reserva.
En cuanto a los Ra-Seru, cuando derrotamos a un Seru enemigo cuyo poder no hemos obtenido, hay una posibilidad (Mayor o menor según el personaje) de que nuestro Ra-Seru absorba su habilidad, permitiéndonos utilizarla. Estos ataques gastan el clásico maná (Aunque no recuerdo qué nombre se le da), que no se recupera solo, y pueden bajar las características del enemigo o causarles cambios de estado al tiempo que causan daño. Hay otros efectos, como la típica recuperación de vida, y la eficacia de estos movimientos puede aumentar si se usan con regularidad.
Con estos elementos, y con unos encuentros aleatorios bastante duros, que nos obligan a utilizar el maná (No ocurre lo típico en RPGs fáciles en los que basta con atacar y curarse de vez en cuando), las batallas tienen un componente estratégico más allá de atacar y curarse.
Eso sí, este apartado tiene un fallo bastante grave, y es un extrema lentitud. Los combates son muy lentos, llevándonos demasiados minutos vencer a los enemigos aleatorios, que además son bastante comunes. El desarrollo de los combates tiene animaciones muy buenas, pero que toman demasiado tiempo. Los movimientos normales ya llevan su tiempo, pero las animaciones de los ataques de los Ra-Seru son extremadamente largas. Con todo esto, los combates contra jefes, incluso aquellos que se tienen controlados, se hacen muy largos y pesados, pudiendo llegar a la media hora de un combate fácil. O incluso más.
Por culpa de esto, avanzar por una mazmorra puede acabar con nuestra paciencia, si no tenemos mucha (Que yo sí tengo).
Es cierto que el juego dura unas 30-40 horas, así que no es un RPG muy largo, pero la verdad es que si durara más se haría muy pesado, así que está bien como está.
Así pues, ¿cómo podemos concluir? Pues Legend of Legaia es un RPG por turnos que sigue una esquela muy clásica, y eso le provoca una trama que no destaca, y con unos personajes que solo adornan. Su banda sonora no llama la atención y su jugabilidad tiene potencial pero es demasiado lenta. ¿Su punto fuerte? Sus increíbles gráficos, especialmente en batalla.
¿Que si merece la pena? Para los amantes de los RPG clásicos puede ser interesante, pero nada más.
Sucesos fragmentados, unos villanos marcados, y lo más típico y molesto de la trama de los RPGs: Un objetivo numérico. Es decir, que se nos da como objetivo "Derrotar a X enemigos", o "Conseguir X gemas"... Esa forma de simplificar la trama se utiliza esta vez para los Árboles Génesis y los Generadores de Neblina. Es cierto que mientras vas de un lado a otro ocurren ciertas cosillas, pero casi nunca tienen un interés real. Algunos puntos no están mal del todo, eso es cierto, pero en general no destacan en absoluto.
Es sencillo: Legend of Legaia no se juega por su trama. Puede funcionar mejor o peor en ciertos puntos, o tener algún aspecto más original, pero la experiencia final de la trama es simplemente la excusa para moverse por el mundo. Simple y llanamente.
En cuanto a los personajes, el protagonista es, cómo no, mudo, una costumbre de los RPGs clásicos que a menudo solo sirve para desarrollar un personaje menos. Como ahora. Solo que esta vez, como solo tenemos tres protagonistas, esta sensación se ve acrecentada.
En lo que se refiere a los otros dos, Noa se comporta como una cría, siempre alegre, enfurruñándose rápido, lanzándose según sus impulsos. Es un personaje divertido, aunque apenas se desarrolla. De hecho, el único desarrollo que tiene la acerca cada vez más a la compañera del protagonista arquetípica.
Por otro lado, sí tengo que decir que el personaje de Gala me gustó bastante. Al comienzo es una persona seria que te acompaña para cumplir un objetivo y que no soporta las chiquilladas de Noa, pero poco a poco se va volviendo más comprensivo con ella, a la vez que se muestra más amigable en general, sin dejar nunca de ser serio y estricto.
Con respecto a los personajes secundarios, tenemos lo de siempre en RPGs, nada especial. El personaje de Songi tiene su aquel como rival de Gala y antagonista a ratos, pero de los demás villanos casi no me acuerdo. Bueno, hay un trío que... Bueno, a esos los dejo por si acabáis jugando al juego.
Los gráficos, por su parte, son de lo mejor que he visto en PSX. El mapa luce bastante bien, aunque los personajes a veces se ven demasiado cuadriculados, y los monstruos muy, muy poligonales. Pero los escenarios del mapa están muy bien. Lo malo es que el juego tampoco diseña mapas especialmente destacables para ver.
Donde sí se luce este juego es en las batallas. En batalla, los personajes son representados con muchos polígonos, y eso se nota en unas figuras que superan a las primeras etapas de PS2. No solo los protagonistas, sino también los monstruos. Todos en batalla lucen de una forma increíble, especialmente cuando les toca atacar y realizan combos con una fluidez gráfica sobresaliente para la época. Los jefes, más grandes y temibles, también son representados en todo su esplendor. Los gráficos en batalla son increíbles, queda claro, y pueden ser uno de los motivos para jugar al juego. Además, el juego cuenta con el detalle de que los objetos equipados son visibles en batalla, detalle muy poco común en aquella época.
En cuanto a la música... los temas son muy... ¿percusivos? Ni siquiera sé si esa palabra existe, pero creo que no. Hay temas tipo de los RPGs, especialmente en el mapa, pero en batalla suenan otro tipo de temas, en los que los instrumentos de percusión cobran gran importancia. El problema es que a veces no son muy agradables de escuchar. No suenan tan bien como deberían, y a veces pueden ser hasta rayantes. Viendo algunos de los temas, se sabe que pudieron hacerlo mucho mejor.
Aunque hay temas buenos, claro, y un detalle que siempre se agradece: Los enemigos más importantes tienen temas de batalla propios.
Tema del mapamundi
Tema de jefe
Y ya puedo dar paso a la jugabilidad, aunque no creo que me explaye mucho.
Voy a simplificar con respecto al mapa: No hay nada que destaque. Ya está, la exploración en mapa es tópica y no tiene nada especial. Simplemente.
En cuanto a las batallas, el sistema de ataque se basa en dos aspectos: Los combos y los Ra-Seru. A la hora de atacar al enemigo, podemos elegir si atacar con la pierna derecha o izquierda, o con cualquiera de los brazos. Eligiendo los golpes damos lugar a los combos, cuyo número varía en función del personaje y de los golpes que elijamos (Si llevamos una espada larga en el brazo derecho, atacar con el brazo derecho nos ocupará más espacio, por ejemplo) hasta completar la barra de ataque (Al principio suelen ser cuatro ataques). Si realizamos una determinada combinación, el personaje realiza un ataque especial, más potente, pero con coste de unos puntos que recuperamos con el mero paso de los turnos. Es importante saber cuándo conviene darlo todo con combos fuertes y cuando es mejor mantener una cantidad moderada de puntos en la reserva.
En cuanto a los Ra-Seru, cuando derrotamos a un Seru enemigo cuyo poder no hemos obtenido, hay una posibilidad (Mayor o menor según el personaje) de que nuestro Ra-Seru absorba su habilidad, permitiéndonos utilizarla. Estos ataques gastan el clásico maná (Aunque no recuerdo qué nombre se le da), que no se recupera solo, y pueden bajar las características del enemigo o causarles cambios de estado al tiempo que causan daño. Hay otros efectos, como la típica recuperación de vida, y la eficacia de estos movimientos puede aumentar si se usan con regularidad.
Con estos elementos, y con unos encuentros aleatorios bastante duros, que nos obligan a utilizar el maná (No ocurre lo típico en RPGs fáciles en los que basta con atacar y curarse de vez en cuando), las batallas tienen un componente estratégico más allá de atacar y curarse.
Eso sí, este apartado tiene un fallo bastante grave, y es un extrema lentitud. Los combates son muy lentos, llevándonos demasiados minutos vencer a los enemigos aleatorios, que además son bastante comunes. El desarrollo de los combates tiene animaciones muy buenas, pero que toman demasiado tiempo. Los movimientos normales ya llevan su tiempo, pero las animaciones de los ataques de los Ra-Seru son extremadamente largas. Con todo esto, los combates contra jefes, incluso aquellos que se tienen controlados, se hacen muy largos y pesados, pudiendo llegar a la media hora de un combate fácil. O incluso más.
Por culpa de esto, avanzar por una mazmorra puede acabar con nuestra paciencia, si no tenemos mucha (Que yo sí tengo).
Es cierto que el juego dura unas 30-40 horas, así que no es un RPG muy largo, pero la verdad es que si durara más se haría muy pesado, así que está bien como está.
Así pues, ¿cómo podemos concluir? Pues Legend of Legaia es un RPG por turnos que sigue una esquela muy clásica, y eso le provoca una trama que no destaca, y con unos personajes que solo adornan. Su banda sonora no llama la atención y su jugabilidad tiene potencial pero es demasiado lenta. ¿Su punto fuerte? Sus increíbles gráficos, especialmente en batalla.
¿Que si merece la pena? Para los amantes de los RPG clásicos puede ser interesante, pero nada más.
0 comentarios:
Publicar un comentario