15 de Septiembre de 2016
Al final sí que acabé disminuyendo drásticamente mi actividad en verano, como han podido notar (¿Qué he escrito? ¿Una entrada en todo el verano?), pero eso se acabó ya porque he vuelto a la rutina. Ahora tengo un acúmulo importante de títulos de los que hablar, y no solo de juegos. Espero ir disminuyendo ese número estos meses.
De momento, vamos con Bayonetta.
Pocos juegos pueden atraerme menos de lo que me atrajo Bayonetta en su día. No me cabe duda de que, de no ser porque Platinum Games era la empresa desarrolladora, lo más probable es que nunca lo hubiera probado.
Pero como me decidí a conseguir todos los juegos que pudiera de esa empresa (Al menos, mientras mantuviera mi sello de calidad), no podía faltar su obra más emblemática.
Había escuchado que era mucho mejor que Metal Gear Rising, pero no voy a hacer la comparación, así que no esperéis un "Tenían razón" o "No la tenían", son juegos distintos.
Sin spoilers, como siempre
Bayonetta es uno de los primeros juegos de Platinum Games, y uno de sus primeros pasos hacia la fama. Debido a su estilo único y su desenfrenada jugabilidad, no es de extrañar que llamara la atención del público.
Salió en 2009 para PlayStation 3 y XBox 360, aunque a la salida de su secuela también vio la luz en Wii U.
Es un... alocado Hack´n Slash que narra la historia de la ultrasexualizada Bayonetta, la última superviviente de un antiguo clan de brujas, cuya memoria está difuso, y que se dedica a enfrentarse a los ángeles que la persiguen.
Antes de entrar en el peculiar estilo del juego, voy a desarrollar, no muy extensamente, qué clase de jugabilidad veremos en este título.
Cualquiera que haya jugado otros juegos del género como God of War o Devil May Cry sabe que la jugabilidad a va basarse principalmente en batallas dinámicas contra los enemigos llenas de bloqueos, evasiones y combos.
Esa es la base, y a partir de ahí Bayonetta lleva la jugabilidad a la cumbre del dinamismo, con una velocidad y fluidez sobresalientes y una infinidad de posibilidades. Además de sus habilidades físicas (combos con golpes de patadas y puñetazos aéreos), Bayonetta puede usar armas de fuego, hechizos, armas blancas e incluso puede transformarse para atacar. No por nada es una bruja.
Todo, además, es una variedad de situaciones que no nos dejarán aburrirnos ni por un instante, y una cantidad destacable de enemigos y extras que desbloquear para poder vencer a nuestros enemigos de todavía más formas.
Directamente, yo me pasé el juego sin ver muchas armas y posibilidades, siendo posible que no alcanzara la mitad de las armas secundarias.
El dinamismo de Bayonetta lo hace un juego divertidísimo, que además está muy bien montado y funciona como un gran puzzle.
Cualquiera que haya jugado otros juegos del género como God of War o Devil May Cry sabe que la jugabilidad a va basarse principalmente en batallas dinámicas contra los enemigos llenas de bloqueos, evasiones y combos.
Esa es la base, y a partir de ahí Bayonetta lleva la jugabilidad a la cumbre del dinamismo, con una velocidad y fluidez sobresalientes y una infinidad de posibilidades. Además de sus habilidades físicas (combos con golpes de patadas y puñetazos aéreos), Bayonetta puede usar armas de fuego, hechizos, armas blancas e incluso puede transformarse para atacar. No por nada es una bruja.
Todo, además, es una variedad de situaciones que no nos dejarán aburrirnos ni por un instante, y una cantidad destacable de enemigos y extras que desbloquear para poder vencer a nuestros enemigos de todavía más formas.
Directamente, yo me pasé el juego sin ver muchas armas y posibilidades, siendo posible que no alcanzara la mitad de las armas secundarias.
El dinamismo de Bayonetta lo hace un juego divertidísimo, que además está muy bien montado y funciona como un gran puzzle.
Los enemigos grandes, los eventos que tendremos que superar, secretos que encontrar y armas por desbloquear y utilizar... Bayonetta es un Hack´n Slash muy bueno y repleto de contenido. Quizá algo corto, sí, pero a cambio también muy rejugable.
Su dificultad, además, es bastante variable según se elija, pero parte de una base no demasiado sencilla, como estamos acostumbrados.
Si te gustan los juegos de acción y sobre todo los Hack´n Slash, Bayonetta es un imprescindible.
Ahora bien, ¿por qué digo esto tan pronto, antes de hablar del resto de apartados?
Pues bien, porque Bayonetta es un juego... peculiar, que por su forma de ser puede echar para atrás a mucha gente.
Vayamos al contexto: Bayonetta es la última descendiente de un clan de brujas que se dedicaba a mantener el orden en el mundo, y ahora busca su pasado mientras se enfrenta a los ángeles que la persiguen, además de a una misteriosa bruja roja llamada Jeanne, que parece conocer detalles de su pasado. Para encontrar respuestas se dirige hacia Vigrid, una enigmática ciudad europea que parece sacada de un cuadro romántico.
Hasta ahí bien. Ahora falta añadir que Bayonetta es una bruja que ataca a sus enemigos poniendo poses sugerentes y que pierde la ropa cuando lanza ataques muy poderosos. O que le gusta chupar sensualmente un chupa chups mientras tortura a un enemigo. Y es que tanto ella como el juego son así: descarados. Un despliegue de sexualización exagerada y un humor que dan una personalidad única al juego, pero que no son aptas para todo el mundo. Bayonetta no está echa así para que te quedes mirándola embobado, sino para que te rías con las exageraciones que lleva a cabo.
Así es como se sustenta la trama, que escrita en un papel está bastante bien y es hasta seria, pero que ocurre de forma drástica en todo momento. Y aún así logra ser interesante y hasta parecer seria. Normalmente diría que sabía coordinar humor con seriedad, pero es que Bayonetta nunca abandona ese humor y lo exagera hasta puntos absurdos. Y, aún así, la seriedad de la trama (no siempre, pero sí en varios tramos) funcionan perfectamente. El mérito no se le puede negar, desde luego.
Algo así podemos ver reflejado también en su banda sonora, con temas épicos de batallas contra gigantes, como este:
O temas tan descarados como la propia Bayonetta:
Con eso ya podéis entender a qué me refiero. ¿Cómo puede un juego pasar de la música de arriba a la de abajo, y que nada parezca fuera de lugar? Pues estando el propio juego fuera de lugar, y eso es lo que lo hace tan genial.
Faltaría mencionar los gráficos y los diseños.
Los gráficos están a un muy buen nivel. Los movimientos son tremendamente fluidos, y la ciudad de Vigrid es una vista preciosa. En cuanto a los diseños de personajes y enemigos, los protagonistas no son más extravagantes que la propia Bayonetta, así que entran fácilmente por los ojos. De los enemigos no puedo decir lo mismo. Mirad esto:
No es que todos sean así de raros, pero más o menos tiran por ese camino. Al igual que el resto del juego, también es algo que puede echar para atrás a los jugadores.
Así que a la hora de recomendar Bayonetta me encuentro en una postura delicada. No cabe duda de que es un juego de muchísima calidad en todos sus sentidos, y además es original hasta la médula. Por otro lado, es bastante probable que, si uno no abre mucho su mente, no consiga que varios de sus elementos temáticos le entren, como la sexualización de Bayonetta o lo extravagante de la trama. Así es como se lo montan en Platinum Games, y por mi parte recomiendo que cualquier amante de la acción lo pruebe sin dudar, pero que se prepare para digerir cosas que ningún juego le ha puesto en la cara con tanto descaro antes. Si consigues ver estos elementos como la parodia que son, o simplemente de forma divertida, lo más probable es que disfrutes mucho del juego.
0 comentarios:
Publicar un comentario