21 de Enero de 2017
Perdón por la ausencia estos días. Intentaré escribir más a menudo, pero es que tengo tantas cosas que hacer que cuesta buscar un rato para algo concreto.
En fin, como seguramente comentara en la ya lejana entrada del primer Crash Bandicoot (una de las entradas del viejo blog, peores que las actuales), he jugado desde mi infancia a Crash Bandicoot 2 y 3, infinidad de veces, y hace poco terminé también el primero.
Es extendida la idea de que Crash Bandicoot murió cuando Naughty Dog lo dejó en otras manos. El primer juego que no hizo Naughty Dog fue Crash Bash, que en mi opinión es un subproducto excelente de la saga.
Hasta ahora solo había jugado a Crash: La Venganza de Cortex de entre los plataformas de Crash ajenos a ND, y aunque en su día me pareció muy, muy malo, prefiero abstenerme de mantener esa como mi opinión por ser una época en la que no valoraba tan bien las cosas.
Posteriormente probé el segundo juego de Crash con los Titantes, Guerra al Cocomaníaco. Aunque lo abandoné por razones ajenas a la calidad del juego, éste en sí no parecía estar nada mal.
A lo que voy: Crash Twinsanity tiene la fama de ser el mejor juego de Crash Bandicoot no hecho por Naughty Dog, y esa fama era la razón por la que tenía que probarlo. La premisa ya se veía más humorística y mucho menos seria que el Crash Bandicoot original, que por supuesto no era un drama ni nada parecido.
De todos modos es mi intención probar todos los juegos de Crash a largo plazo, así como los de Spyro, y no creo que sea un problema porque no son muchos.
En fin, que hoy vengo a comentar Twinsanity.
Sin spoiler, como siempre
Crash Bandicoot está descansado en la playa de la isla Sanity, como de costumbre, cuando su descanso se ve truncado por otro intento más del doctor N. Cortex por acabar con él. Tras otro estrepitoso fracaso del villano, una nueva amenaza aparece para sumir al mundo en oscuridad. Inmediatamente, Cortex decide forma una alianza insólita: Luchará junto a Crash para salvar al mundo que pretende dominar.
Quizá haya podido sonar un poco absurdo, pero es así. La historia de Crash Twinsanity es tonta, y el juego en sí, es absurdo y ridículo. ¿En el mal sentido? Eso depende de cada uno, porque la intención de Twinsanity es precisamente esa absurdez. El enfoque del juego es más humorístico que el de anteriores juegos de la saga. Ese tono más absurdo no acaba de funcionar mal, pero en ocasiones infantiliza excesivamente el producto.
El resultado es que Twinsanity tiene un estilo propio, lo cual es bueno, pero es un estilo mucho menos serio y más infantil. Que eso sea bueno o malo depende de cada, aunque a mí personalmente me pareció un cambio a peor, pero siempre preferible a un calco de juego.
Ese enfoque se va a ver en prácticamente todos los elementos del juego. Pero antes de continuar con los otros apartados, voy a hablar de la jugabilidad.
Lo primero que hay que destacar es el cambio de enfoque que ha tenido el juego en este aspecto. Los niveles lineales de los anteriores juegos se han sustituido por un mapa más grande y explorable en el que aparecen, de vez en cuando, pequeñas zonas lineales más clásicas que conectan las zonas.
Aquí debo echarle flores al juego: La reinterpretación de Crash Bandicoot ha sido fantástica. Es cierto que este tipo de plataformas es más común que los Crash originales, pero esta forma de adaptar a Crash a PS2 era realmente eficaz.
Aquí también voy a decir que la idea era buena para dar a Twinsanity una identidad propia, y que es que se lo concedo totalmente: Twinsanity es un juego con identidad propia, pero rezuma Crash por todos sus poros, es decir, no parecerá que nos hayamos salido de la saga en ningún momento.
Eso sí, la cooperación entre ambos personajes se hace de una forma un tanto absurda. Crash usa a Cortex como tabla de surf, ambos ruedan como una esfera cuando están enfrascados en una pelea... Absurdo, pero original.
Así que el resumen es que las ideas de Twinsanity tienen mucho potencial, pero ahora viene la parte mala: La ejecución es mediocre. El control de Crash Twinsanity, su precisión, su cámara... están plagados de errores. Hay ciertos puzzles cuya resolución es un suplicio por culpa de estos errores, y eso mancha la experiencia de sobremanera.
Twinsanity no tiene ni de lejos la calidad y el mimo que tenían los originales, y sus errores lo condenan a ser un juego simplemente aceptable, mediocre en una consola llena de plataformas increíbles, como es la PlayStation 2.
El mayor acierto lo encontramos probablemente en los gráficos. En sí son de un nivel bastante acorde a la consola y a la época, sin destacar, pero los mapas son coloridos y todo funciona bastante bien.
El punto más positivo es quizá el diseño de los personajes, que se ha trasladado y modernizado. Los que hayan jugado a La Venganza de Cortex conocerán el auténtico destrozo que se hizo con los personajes de los juegos anteriores. Uno puede opinar que los personajes estaban mejor antes, pero el trabajado realizado con los rediseños es aceptable y eficaz. Por ejemplo, aquí podemos comparar a Cortex antes y después:
La banda sonora, por su parte, apuesta por un estilo que, personalmente, no he visto nunca: La mayoría de la música está hecha a capella. Como estas dos: el tema principal y el tema del primer jefe.
Había escuchado que todos los temas se hicieron exclusivamente a capella, pero hay algunos que sí parecen tener algún otro sonido.
En cualquier caso, el resultado de este tipo de música pronto deja de funcionar como debería. Se puede agradecer la originalidad, pero a la hora de la verdad los temas funcionan solo a ratos.
Otro problema más del juego es su escasa longitud. Yo, que me paré a conseguir todos los coleccionables que veía, me pasé el juego en poco más de siete horas. Si juegas hacia delante, probablemente tardes unas cinco.
Hay bastante contenido coleccionable, pero los errores jugables no incitan a completar el juego al 100%.
Es interesante ver qué hizo con la saga, así que los fans de Crash Bandicoot pueden disfrutarlo. El resto, tienen muchas mejores opciones en la consola.
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