[3DS] Pokémon Sol y Luna

miércoles, 27 de marzo de 2019
Creo que Pokémon Luna es el único juego que he comprado en el momento de su salida, pero me pudieron las ganas, tanto de jugarlo como de no destriparme nada por internet (no miré la PokéDex cuando se filtró ni nada).
Desde luego no puedo decir que no amortizara el juego, pues a día de hoy son en torno a 700 las horas que le he echado.

Pokémon, con sus más y sus menos, es una saga que me gusta mucho, y todos sus juegos tienen algo especial. Cualquiera de sus juegos es buena opción para introducirse en la saga, y como por lo general son bastante conocidos, esta vez no voy a concluir sobre qué público tiene que jugarlo ni nada similar.

Ya he hablado antes en el blog de la quinta y sexta generación con Pokémon Blanco y Negro y con Pokémon XY. Y lo cierto es que si ya daba un poco de miedo hablar de otras entregas de Pokémon, esta es especialmente controvertida y ha recibido muy buenas críticas por un lado y muy duras por el otro. Seguramente, como suele ocurrir en estos casos, ambos lados estén exagerando, pero hoy me toca a mí.

Como hay muchas cosas interesantes de las que hablar sobre este juego, espero no olvidarme de nada importante. Y teniendo en cuenta que es un juego al que he jugado muchísimo y del que he discutido mil veces, no es de extrañar que la entrada de hoy vaya a parecer un análisis más que de costumbre, porque voy a profundizar bastante más de lo que suelo hacer.


Siempre sin spoilers


Pokémon Sol y Pokémon Luna son la pareja de títulos de la saga Pokémon que dio paso a la séptima generación Pokémon, y la segunda de ellas en nacer en la consola Nintendo 3DS.
Se lanzó en noviembre de 2016, como siempre, de la mano de Game Freak, orgullosos creadores de Pokémon desde sus inicios.

A diferencia de XY, cuyas novedades eran principalmente técnicas, Pokémon Sol y Luna parecían centrar su atractivo en ciertos apartados artísticos al situar la historia en las islas tropicales de Alola.


A estas alturas, evidentemente no voy a perder tiempo en explicar la jugabilidad general de Pokémon, así que voy a centrar mi atención en aquello que hace que Pokémon Sol y Luna sean juegos diferentes, para bien o para mal, al resto de la saga.
Las novedades que anunciaron con más ímpetu fueron varias, y hay algunos grandes aciertos, así como buenas ideas mal ejecutadas.
Una de esas novedades era la aparición de los Movimientos Z, que permitían a los Pokémon realizar ataques superpoderosos una sola vez por combate.


Teniendo en cuenta que el competitivo de Pokémon ya solía dar ventaja al ataque y la velocidad por encima del resto de estadísticas, la inclusión de estos movimientos no fue de mi agrado, aunque eso es cosa de cada uno. En realidad, parece claro que los hicieron para hacer un poco de alarde visual, y es cierto que muchos movimientos Z son visualmente atractivos.

Otra de las grandes novedades del juego era la aparición de dos nuevos tipos de Pokémon: Las formas Alola, variaciones regionales de Pokémon de Kanto, y los Ultraentes, unos Pokémon como nunca antes se han visto. Más adelante les dedicaré unas palabras cuando hable de la Pokédex de Alola en general.

De momento voy a centrarme en qué ofrece la aventura por la región de Alola en sí. Ya de por sí el cambio de aires sienta bien. A pesar de que en Pokémon cada región tenía su atractivo visual diferencial (Incluso Kalos, la más inconexa de las regiones), el cambio a unas islas tropicales se siente mucho más drástico de lo habitual. Y eso, para mí, es un acierto, ya que refresca una saga que con el paso de los años no puede limitarse a hacer lo mismo de forma exagerada.
También cambió el motivo de la aventura, suprimiendo los líderes de gimnasio y la Liga Pokémon. Y debo decir que quitar a los líderes de gimnasio fue uno de los mayores aciertos del juego. El sistema de gimnasios, permanente en la saga por inercia, empezaba a sentirse pesado y poco interesante, y en Alola se ha sustituido por las pruebas de Alola, que consisten en pruebas varias en entornos naturales culminadas con un combate contra un Pokémon Dominante, mucho más poderoso que un Pokémon normal. El clásico jefe de los RPGs, y a que Pokémon Sol y Luna ha sentado de maravilla, haciendo que agradezcamos profundamente su aparición en lugar de los manidos gimnasios.


El segundo gran acierto de la séptima generación es haber eliminado las Máquinas Ocultas o MOs, que aunque en las generaciones hasta la cuarta servían para promover la exploración de la región, desde Blanco y Negro se habían convertido, simplemente, en una molestia.
En su lugar, a medida que avancemos en el juego obtendremos monturas, Pokémon a los que podemos llamar en cualquier momento para ayudarnos tal y como lo hacían las MOs. Debo decir que las monturas se quedan un poco a medio camino y no resultan ser un sistema demasiado interesante, pero es mucho mejor que las obsoletas MOs (al menos mientras siguieran usándolas solo para estorbar).

Aun con ese par de aspectos positivos, Pokémon Sol y Luna sigue en la línea que marcó Blanco y Negro y se acrecentó en Pokémon XY, y es que la exploración de la región es muy lineal. A pesar de ser cuatro islas, cada una de ellas es básicamente un recorrido en forma de círculo. Además, apenas hay mazmorras, y las que hay son pequeñas y no tienen puzzles de ningún tipo. Pokémon tiene mucho que mejorar en lo que a exploración se refiere, como mínimo volviendo al nivel que tenía hasta la cuarta generación, y Sol y Luna son una clara muestra de ello.


Además, los atisbos de vida que han intentado poner en las rutas han conseguido todo lo contrario. Encontramos Pokémon diferentes o más raros si nos atacan desde un arbusto o un árbol o si pescamos en una zona con burbujas. Esta idea ya había sido usada en las dos generaciones anteriores y podía haber salido aun mejor, de no ser porque el sistema usado ha sido demasiado mecánico: Cuando entramos en una zona, las burbujas del agua o los pokémon especiales estarán en el mismo sitio, siempre. Si queremos volver a verlos, tendremos que salir del mapa y volver a entrar. No sé en qué momento decidieron hacerlo así, pero este sistema es horriblemente mecánico y le resta tanta vida a las zonas que hubiera sido mejor limitarse a no ponerlo.

Alejándonos ya del recorrido por Alola, que claramente tiene muchas deficiencias, los combates siguen la estela de siempre. Una cosa curiosa con respecto a la dificultad es que se dice que es uno de los juegos de Pokémon más fáciles, cuando mi opinión es precisamente que es de los más retantes (por detrás, claramente, de regiones como Johto). Las estrategias enemigas han mejorado y los Pokémon Dominantes son adversarios formidables. Sí es cierto que es más fácil que nunca subir de nivel (al menos, hasta el 60) y que se ha implementado una ayuda que señala qué ataques son supereficaces en combate. Una ayuda que a mí me molesta y desearía poder desactivar, la verdad. En cualquier caso, evidentemente el juego no será un desafío si llevamos años jugando a Pokémon y usamos absolutamente todas las ayudas que se prestan, principalmente para jugadores más novatos. Lo que sí es cierto es que al final de la aventura nos espera el Árbol de combate, que sí es realmente difícil de completar incluso para los que consideren la saga como un paseo, lo que ayuda a que siempre haya un motivo para criar Pokémon fuertes.


De hecho, se nota más que nunca que Game Freak ha centrado gran parte de su esfuerzo en el competitivo, ya que los nuevos Pokémon en su mayoría tienen estrategias propias bastante enfocadas a esos combates.

La lástima es que, por el camino, se han perdido los combates triples y los combates rotatorios, probablemente porque la presencia de seis Pokémon y dos entrenadores al mismo tiempo era demasiado para la consola.
A cambio se ha introducido el Battle Royale, un nuevo estilo de combate todos contra todos bastante divertido.

Por último, como es habitual en la saga tenemos varios extras. El PokéResort es el más interesante de todos, y consiste en una zona en la que se pueden entrenar Pokémon, cultivar bayas y más cosas que, básicamente, facilitan la cría Pokémon, permitiendo entrenar más Pokémon y hacer cosas recurrentes en la saga de forma más cómoda y rápida. A algunos jugadores puede no gustarles que el sistema se haya facilitado, pero es cierto que permite hacer cosas que antes solo se podían hacer dedicando cantidades ingentes de tiempo al juego.
También está la FestiPlaza, que es el lugar en el que nos conectaremos con otros jugadores, y ofrece algunas cositas no especialmente interesantes y trabajadas, pese a que la idea era interesante y tenía potencial.
El resto de extras se sienten incompletos: El superentrenamiento (que mejora un Pokémon al máximo) es un viejo en un centro comercial, sin más; los Ultraentes, interesantes en un comienzo, se sueltan de golpe al final; las fotos de entornos naturales son excesivamente mecánicas, pues si queremos ver un Pokémon distinto tenemos que salir del modo foto una y otra vez...


Pero de todos esos extras, el más inútil e incompleto es la RotomDex, que no tiene ninguna utilidad relevante, y que por primera vez en la historia de Pokémon, no incluye la Pokédex nacional. Lo cual es gracioso teniendo en cuenta que Rotom mismo no está incluida en la Pokédex regional.

En fin, que aunque haya muchos extras, da la sensación de que la mayoría de ellos están por estar y no se han trabajado tanto como podrían. Con mejor planteamiento de las mismas ideas, el juego podría haber terminado mejor acabado. Tampoco está de más mencionar que, otra vez más, la diferencia entre las dos versiones son prácticamente nulas. El ciclo día/noche se invierte en Luna y hay algunos Pokémon exclusivos. Y poco más. Si insisten en mantener dos versiones, al menos podrían hacerlas mínimamente distintas entre sí.


Pero sin duda lo que más debería mejorarse no son esos extras (que, al fin y al cabo, son solo eso, extras) sino la exploración. Acercarla a lo que fue en la generación de Rubí y Zafiro o de Diamante y Perla, o darle una nueva vuelta de tuerca. La prioridad de Pokémon, en mi opinión, debería ser mejorar ese punto, además de traer los dos tipos de combate perdidos por el camino.

El resto del juego, en especial los combates, siguen evolucionando de forma consistente, aunque siga propiciando un competitivo en el que lucha una élite muy escasa, desequilibrada con respecto al resto de Pokémon.

Con esto ya he terminado de mencionar todo lo que me gustaría con respecto a lo que, jugablemente, ofrece Pokémon Sol y Luna con respecto al resto de juegos. Y no diría que es un juego malo, pero sí poco ambiciosos en demasiados apartados.
Pero, ¿qué ofrece en el resto de apartados?


Es bien sabido que Pokémon no acostumbra a ofrecer experiencias argumentales increíbles, pero la historia de Sol y Luna tiene esta vez un gran cambio de enfoque narrativo.
Ya no es solo por la radical diferencia de situarnos en el entorno natural de Alola, sino en un uso muy diferente de la narración. Pokémon siempre había tenido un enfoque tosco, simplista, que se limitaba a abandonarnos en el mapa sin más, mientras nos acercábamos al gran final en el que confluían el legendario y el "malo final" antes de afrontar el desafío de la liga Pokémon.
No estoy diciendo que este planteamiento sea erróneo, porque esta narrativa inmersiva puede dar resultados muy interesantes. Además, ya existió una apuesta argumental más arriesgada en Pokémon Blanco y Negro, que introdujo una trama muy por encima del nivel de la saga, y personajes más carismáticos, entre los que se incluía el inolvidable N.
El caso es que Pokémon Sol y Luna decidió utilizar el sistema convencional clásico de los RPGs, con un desarrollo lineal en el que encontramos el argumento desglosado por escenas. Es una forma más típica de contar la historia, pero también la ayudó a elaborarse sobre más elementos. Usando este sistema, la historia de Sol y Luna es de las mejores de la saga. He oído muchas afirmaciones opuestas, pero si comparamos, realmente solo Blanco y Negro está por encima a ese nivel (Por supuesto, si obviamos algunos subproductos de la saga). 
Donde sí destaca por encima incluso de ese juego es en los personajes. Nunca en Pokémon había habido un plantel de personajes tan carismático. Lillie, Guzmán o el maravilloso Profesor Kukui son algunos ejemplos de personajes como nunca ha habido en esta saga, ya sea por carisma directo o por un desarrollo excelente. Además, el equipo rival, el Team Skull, es uno de los más divertidos hasta la fecha.


La recta final tampoco se siente tan forzada como de costumbre y los personajes tienen motivaciones más lógicas. 
Con todo esto no estoy diciendo que la trama sea maravilla, porque de hecho la quinta generación ofreció un mejor ejemplar, pero dentro de los RPGs, es sin duda una trama aceptable y simpática, que funciona en toda su extensión.

Pero, a parte de los personajes y su trama, también hay que tener en cuenta la región en la que suceden los acontecimientos, en este caso Alola.
Por un lado, tenemos un aspecto muy positivo, y es que los Pokémon y sus hábitats están mejor planteados que nunca. Las zonas de Alola están conectadas entre sí con mucho sentido, y todos los Pokémon aparecen donde aparecen por un motivo. La mayoría de los Pokémon, muy en especial las formas Alola, están muy bien justificadas, y ahí se nota que el equipo de Game Freak pensó profundamente cada idea de cada Pokémon antes de introducirla en Alola.
Lo que me sorprende es que teniendo eso en cuenta cometieran el gran error de que los Pokémon con forma Alola siempre nazcan en esa forma, aunque sus padres sean de Kanto. Imagínate ir de vacaciones a China y tener un hijo asiático. Un sinsentido brutal que no sé cómo se les pudo colar.
En fin, por el otro, tenemos una mitología deficiente, a años luz de la que pudimos encontrar en generaciones anteriores, especialmente en la tercera y la cuarta. En esta ocasión tenemos a los Tapu, los cuatro espíritus protectores de cada isla, y poco más. No hay profundidad en los legendarios ni una historia y mitología tan interesante como en ocasiones anteriores. Esto es especialmente doloroso porque ya se había hecho, y muy bien, en juegos anteriores. Tampoco se usan correctamente los Ultraentes, que después de ser usados en la trama principal se sueltan sin más profundidad.


Con una trama de buen nivel dentro de la saga y mundo muy coherente y trabajado, esta mitología e historia de la región se convierte en la traba para que Sol y Luna se sobreponga a los demás, por lo que por un lado supera a casi toda la saga pero por el otro se queda por detrás.

Por supuesto, a la hora de hablar de una nueva generación no se puede dejar de hablar de los nuevos Pokémon.
Después de XY, que a cambio de pasar a un excelente 3D a todos los Pokémon anteriores, no añadió ni ochenta Pokémon, Sol y Luna pasan al segundo puesto con pocas inclusiones, en concreto 86, más las formas Alola.
Estas formas Alola, que se presentaron como un gran bombazo, acabaron teniendo diseños... peculiares, y sobre todo, fueron demasiado escasas en cantidad: Contándolas todas, no hay ni 20 formas Alola, lo que teniendo en cuenta que algunos diseños son algo simples, se queda muy corto.



Estos dos son un ejemplo de un diseño precioso y otro que... digamos, no entra tan bien por los ojos. Y eh, la justificación de por qué Dugtrio Alola es así es buena, muy buena, pero teniendo en cuenta que la cantidad de formas Alola es tan escasa, que haya formas así se hace notar.

En cuanto al resto de Pokémon, como siempre va a ser una cuestión total de gustos. La verdad es que en este caso parecemos encontrarnos ante justo lo contrario que en Pokémon XY. Allí, los pocos Pokémon nuevos se hicieron para resultar atractivos, mientras que en este caso da la sensación de que no pensaba en el público a la hora de diseñarlos. Y ojo, a mí me parece estupendo que los creadores hicieran lo que querían hacer, pero no puedo evitar que esta Pokédex sea, hasta el momento, la que menos me gusta de todas.
Eso no quita que haya diseños muy chulos, faltaría menos.


También es cierto que, pese a su escasa mitología, los legendarios de Alola son los que más me gustan desde Rubí y Zafiro.
Por último, están los Ultraentes, unas nuevas criaturas que los diseñadores han aprovechado para llevar a cabo diseños de lo más extravagantes. No voy a poner ningún ejemplo porque salen bastante avanzado el juego, aunque supongo que a estas alturas ya serán de interés público. Aprovechando que no se consideran Pokémon, los diseñadores han utilizado diseños muy extravagantes, los más raros hasta la fecha.

Como ya mencioné antes, los nuevos Pokémon están muy bien justificados e integrados en Alola, y desde luego es una PokéDex más arriesgada que de costumbre. Que sea la que menos me gusta no la convierte en la peor, pero como siempre, tiene sus más y sus menos.

Por todo lo que he dicho, queda implícito que los diseños de Pokémon, personajes y de la región de Alola son muy coherentes. Pero, ¿qué hay del nivel técnico de los gráficos?
Pokémon XY añadieron unos modelados 3D que no necesitaban mejora alguna, de modo que en Sol y Luna se optó por mejorar los escenarios durante las batallas, sin cambiar los modelados de la generación anterior. Otro añadido en las batallas es la aparición del entrenador, que no está nada mal, pero que es la principal sospechosa de que los combates triples y rotatorios desaparecieran del panorama.


Los personajes cabezones de la sexta generación han evolucionado y ahora todo se ve a tamaño real, bien animado y colorido. 

Bien es cierto que Alola es una región bonita, pero la elección de una cámara que apunta hacia el suelo limita los paisajes, con lo que al final no hay demasiados entornos que se nos vayan a quedar en la memoria.
Y es una pena, porque podría haber sido uno de los mapas más memorables de la saga, pero acabó sin ser especialmente destacable.

En cualquier caso, supuso un salto técnico de buen nivel dentro de la saga.

Por último, la banda sonora no tiene mucho misterio. Los compositores son los mismos de siempre y eso se deja notar en el resultado, como de costumbre. 
Pese a lo que pudiera parecer con el tema principal, al final el estilo de la banda sonora es el de siempre, sin más. Hay temas de batalla y de escenario muy buenos, para no variar, aunque en este apartado decidieron no arriesgar, y quedó una banda sonora que simplemente se queda en la media de la saga.
Os pongo el tema principal, con un estilo muy hawaiano, uno de los temas de mapa y uno de los temas de batalla.




Dar una conclusión a este extenso análisis de Pokémon Sol y Pokémon Luna no es sencillo. No cabe duda de que se trata de una generación digna y bien encaminada, que supo dejar atrás elementos que sobraban e introducir ciertos cambios que dieron muy buen resultado. Eso, sumado a una Alola muy bien construida, especialmente en lo que se refiere a su geografía y a su fauna, hacen de esta generación una apuesta interesante y trabajada.
Es una pena que ese trabajo no se aprecio en todos los aspectos. Muchos de los extras que rodean el juego podían haber sido mucho más interesantes (como ya lo fueron, por ejemplo, en la segunda generación), la mitología de Alola es bastante escasa y algunos de los conceptos jugables eran bastante susceptibles de mejora, muy especialmente una de las peores exploraciones de Pokémon.

Es por ello que, con sus más y sus menos, pese a ser un juego digno dista de ser el mejor juego de Pokémon y se queda simplemente en la media de la saga, lo que resulta ser una pena habiendo partido de tantas buenas ideas, y de haber arriesgado en ciertos aspectos.




Con esto termina el análisis más extenso que he escrito jamás en Diario de Tellus. Como ya he mencionado alguna vez, no es mi intención analizar y puntuar los juegos para colocarlos unos encima de otros, sino sacar a relucir qué hace cada juego de qué manera, con la idea de sacar sus puntos fuertes y flacos y recomendarlo al público que mejor sabrá disfrutarlo.
En esta ocasión he hecho una excepción porque Pokémon Sol y Pokémon Luna fue un juego/pareja de juegos que dio mucho de qué hablar. Hablé tanto sobre él, y una recomendación vana era tan poco pertinente que me decidí a dedicarle una entrada más compleja y extensa, a modo de análisis pero sin entrar en valoraciones numéricas, donde dejar claras todas mis impresiones sobre el juego. Ya que me ha quedado tan larga, ahora sí que espero que no se me haya olvidado nada que quisiera decir.

En principio no tengo intención de volver a realizar una entrada como esta a menos que tuviera una acogida especialmente buena o, en un futuro, fuera pertinente para otro juego.

Nos vemos.




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