Overlord: Primera Temporada

martes, 23 de octubre de 2018
23 de Octubre de 2018

Sigamos con otra entrada más de anime. Ahora estoy vaciando juegos y series, ya que tengo sus listas de pendientes bien llenas, pero cuando se normalice un poco hablaré sobre alguno de los libros de los que tengo que hablar.
Del anime de hoy no tengo mucho que decir. Lo empecé a ver por puro azar y fue después cuando me encontré con gente a la que le gustaba mucho.


Sin spoilers


Aunque Sword Art Online no fue el primer anime ambientado en un MMORPG de realidad virtual, su gran fama hizo que fuera el precursor de muchos animes con la misma ambientación.
Overlord pertenece a esa época. Sus 13 primeros capítulos (actualmente cuenta con una segunda temporada) salieron en 2015 y está situado también en un MMORPG del que el protagonista no puede salir. Sin embargo, pretende dar una vuelta de tuerca a este concepto.
Su cambio principal es que su protagonista no es un héroe, sino un poderoso nigromante.



Es el último día del MMORPG de realidad virtual Yggdrasil, y Momonga, un nigromante no-muerto, decide pasar hasta el último segundo dentro del juego que tan importante ha sido para él a lo largo de tantos años.
Sin embargo, cuando llega la hora del cierre, Momonga descubre que su reino ha aparecido en otro mundo de fantasía y que él está encerrado dentro del videojuego.

A priori es una premisa bastante típica del género. Overlord lo sabe y la usa para darle la vuelta a ese concepto. Las principales diferencias son que el protagonista es, en principio, un ser oscuro y malvado, líder de un reino de demonios y monstruos. La segunda es que no tiene a nadie a quien derrotar, pues ya es el ser más poderoso del mundo gracias a los años de entrenamiento en Yggdrasil.
La presentación de este concepto es interesante. Se nos muestra a un jugador confuso al ver que sus creaciones cobran vida, pero intentando al mismo tiempo comportarse como el líder imponente que se supone que es. En ese primer par de episodios vemos la clase de criaturas que sirven a Momonga: Una súcubo fiel a Momonga a niveles enfermizos y enamorada hasta las trancas de su líder, una pareja de elfos oscuros con la ropa del sexo opuesto, un fiel demonio, una especie de insecto del frío, un mayordomo leal...
El plantel de personajes que sirven a Momonga es, a priori, bastante interesante.


Todo empieza bastante bien e interesante... pero la cosa no tarda en cambiar.
Con la excusa de explorar y conocer el mundo que le rodea, Momonga parte al exterior disfrazado de guerrero y convierte la serie en una historia de fantasía medieval que no lleva a ningún lado.
Los sirvientes dejan de aparecer, él deja de ejercer como señor oscuro y la historia empieza a basarse en acompañar a unos mercenarios en una travesía normal y corriente. Lo que parece un relleno pronto se revela como el 80% de la serie, y concluye sin llevar a ninguna parte. El propio Momonga nunca se llega a comportar como un ser oscuro, y bajo palabras que el espectador no se cree ayuda a los demás como todo buen protagonista que se precie. De hecho, aunque a veces escuchemos los pensamientos del jugador que lo controla, realmente tiene un carisma muy limitado.
Casi toda la serie cae al perder de vista ese concepto, por lo que esa premisa llamativa pierde pronto todo su interés. La propia aventura en sí tampoco es interesante porque no nos importa el destino de los aldeanos pero el protagonista tiene un poder desmesurado.


En la recta final la cosa mejora un poco, pero no llega a volver debidamente a su premisa original, que queda enterrada por completo.

Esto ocurre también con la ambientación. Aunque la animación es bastante buena y todo luce bastante bien, cuando la fantasía medieval genérica domina la trama no hay nada interesante que ver.
Pero eso no quita que los diseños del reino de Momonga, sus sirvientes y los terrenos más oscuros como cementerios aporten un poco de aire fresco. Es una lástima que la serie se desviara de esa manera de su premisa original.

A la banda sonora le pasa tres cuartos de lo mismo, aunque en realidad se ve menos afectada que el resto de apartados.
Lo cierto es que una buena banda sonora te mejora mucho las escenas, y lo cierto es que la música que acompaña a Overlord es buena. Hay una gran cantidad de temas, unos cincuenta para trece capítulos, que acompañan muy bien en todo momento sin apenas repetirse.
Pongo un par de ejemplos:





Como siempre, las escenas acompañadas con una banda sonora potente son más interesantes. 

De hecho, la narración es entretenida y gracias a la música la serie se deja ver. Sé que habrá a quien le moleste esta afirmación, pero es un caso muy similar al de Sword Art Online, cuyas escenas por separado funcionaban bien, pero no se coordinaban para dar un conjunto reseñable.

Por eso Overlord se queda en una propuesta que era interesante pero cuyo desarrollo acabó dejando una trama tópica más del montón. Al final, no es más que una serie entretenidilla, pero que nos deja el regusto amargo de los buenos conceptos mal ejecutados.

Pronto continuaré con las siguientes temporadas y escribiré sobre ellas. Espero que, de cara a avanzar la serie, vayan utilizando más y mejor ese concepto que se suponía que era la base de Overlord.




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