Un curioso vistazo a los Parásitos

miércoles, 4 de febrero de 2015
Hoy inauguro una nueva categoría de Diario de Tellus: El Laboratorio del Veterinario, rincón que estará dedicado a cualquier cosa relacionada con los animales que habitan el planeta hoy día. (Será en otro momento, queridos dinosaurios)
Para comenzar, voy a subir una especie de artículo de prueba, donde evitaré el vocabulario científico para acercar a los lectores a algunos de los parásitos más curiosos de los que podemos oír hablar en nuestro día a día. 
Se tratará de parásitos que tengan algo en particular, algún dato curioso de esos que uno siempre está abierto a saber. Más adelante, cuando me embarque más en esta categoría, ayudaré a los que quieran saber más con algunas entradas de introducción, pero esta primera es para cualquier que quiera aprender algo nuevo.








Primero voy a empezar con este kinetoplástido, no porque nada destaque en su ciclo, sino por su propio aspecto:



Esas bellas bailarinas son las causantes de las famosas Enfermedad del sueño y Enfermedad de Chagas. Con un buen microscopio se ven perfectamente, tal y como en la imagen, así que no creáis que eso que se ve en la foto es la típica imagen más preciosa que la realidad, ni hablar.
Este parásito en concreto es un individuo del género Trypanosoma (Dado lo parecidos que son, los parásitos suelen diferenciarse visualmente por géneros, no por especies).

El siguiente parásito es el colmo del pavo, y su nombre es Histomonas. ¿Qué tiene de especial? Pues bien, primero voy a decir algo que probablemente sepáis. Los parásitos, a menudo, "viajan" sobre otros seres vivos (a estos seres se les llama "Hospedadores intermediarios"), en los que evolucionan hasta formas siguientes para preparar su reproducción. Seguro que conocéis casos de enfermedades producidas por parásitos ocasionadas por la picadura de un mosquito, en cuyo caso hablamos de Plasmodium. Pues bien, lo que hace especial al género Histomonas, es que como hospedador intermediario tiene a otro parásito, específicamente a uno llamado Heterakis gallinarum.



Pobre del pavo que se infecte de Histomonas, ¿verdad? Así es el 2x1 del mundo de la parasitología: "Inféctese con un parásito y llévese otro de regalo". Heterakis gallinarum es un problema, pero Histomonas es el que ocasiona enfermedades más graves al pobre animal.

El siguiente parásito pertenece al mismo Orden que Histomonas (Orden Trichomonadida, por si a alguien le interesa. Haré una entrada de introducción a la taxonomía de las especies). Se trata del Género Trichomonas. Este es interesante porque es como un espía al que no ves hasta que te ha pegado el tiro en la cabeza.
Hay varias especies, pero me interesa Trichomonas foetus, que afecta a los bovinos. 


Este adorable hijo de **** parasita a hembras y machos por igual, pero no causa ninguna patología. Vive en el animal tan tranquilo y pasa de machos a hembras como quien cambia de habitación para que le dé mejor la luz... hasta el momento del parto, en el que provoca la muerte del feto y su consecuente aborto. 

Así pues, un macho semental de calidad que pille uno de estos venderá auténticas minas que dejarán a las hembras sin descendencia. Pero hasta que eso ocurra, todo parecerá normal.



No puedo escribir esta entrada sin mencionar al grupo de los coccidios, aunque no he encontrado ningún caso especialmente llamativo.
De entre todos, yo me quedo con el Género Neospora, que forma los conocidos quistes en la musculatura de los bovinos, que si luego son comidos por un perro, le provocan parálisis neuromuscular.

De la Clase Plasmea solo hay dos géneros de los que hablar: Babesia y Theileria. Son unos buenos ejemplos de parásitos transmitidos por artrópodos. En este caso, es la garrapata la portadora, y si ha estado en un animal, existe posibilidad de zoonosis, es decir, que del animal pase a provocar una enfermedad a un ser humano.
La diferencia fundamental, más allá de la visual (abajo tenéis una foto de Babesias, cuya forma es inconfundible), es que en el Género Babesia, el parásito también habita los ovarios del arácnido, haciendo que dicho parásito pase de generación en generación.


Vamos a pasar ahora a los trematodos, entre los que se encuentran algunos de los parásitos más conocidos. Solo voy a hablar de dos, pero son sin duda destacables.
El primero es la Fasciola hepática, que si no es el parásito más famoso poco le falta. Habita en el agua y en los caracoles de una especie concreta (Lymnaea truncatula) y de ahí a, principalmente, rumiantes.
Pongo una foto de estos individuos, sin usar ninguna lente. Esa regla mide centímetros, así que ya veis lo grandes que son. Como se alimentan de sangre, suelen ser de un fuerte color rojo.


Y el otro trematodo que también es un caso destacable, que es el Dricocoelium dendriticum.


Este es otro de los parásitos que hacen que su víctima dé lástima. Primero, sus huevos son ingeridos por un caracol, que los expulsa en forma de bolas de mucus que son ingeridas por hormigas. 
Lo malo viene con estas hormigas, ya que cuando es de día y las hormigas están caminando felizmente, el parásito las paraliza y las deja totalmente inmóviles en mitad de la hierba, para que algún herbívoro la coma por error. Esta operación se repite todos los días hasta que la hormiga muere. Horripilante.

Las tenias, conocidas por todos, las voy a dejar para otro momento, igual que la familia de los anisakis. Son muy conocidos y para decir alguna novedad tendría que mojarme las manos mucho más.


Ahora voy a pasar a otro Filo (si no sabes lo que es, ya lo diré en otra entrada), el de los nematodos, muy amplio e importante.
Una característica curiosa de los nematodos es que tienen cuatro estados larvarios. Se transforman cuatro veces hasta ser un adulto, y de cuándo y dónde sean esas transformaciones dependen muchos factores de importancia.
Pero no es el momento, ahora busco casos concretos curiosos, y ese es, por ejemplo, el de la especie Dictyocaulus viviparus, el único nematodo que parasita las vías respiratorias de los bóvidos. ¿Qué es lo que destaca en él? Pues bien, resulta que es una especie que... vuela. Sí, sí, vuelva como nosotros los humanos, montados en su vehículo personal.  


Este es el hongo Pilobolus, que para esparcir sus esporas, literalmente estalla. Los D. viviparus se montan encima y salen volando con él.
Curioso, ¿verdad? Por desgracia, esto lo hacen para colarse en las vías respiratorias de sus pobres víctimas, a las que parasitan (lógicamente).

También hay que decir que el Heterakis gallinarum también es un nematodo. ¿Lo recordáis? Era el que servía como hospedador de otro parásito a la hora de parasitar al pavo.



Y no tengo tiempo para los atrópodos. Espero que os haya gustado la primera entrada científica. Si queréis decir cualquier cosa, pedir más detalles o incluso una entrada sobre algo más concreto, o si queréis que explique la base o introducción a algo de esto, no tenéis más que pedirlo en los comentarios.




5 comentarios:

Ramonium dijo...

Muy interesante. Qué horror de bichos, desde luego xD

Me ha gustado mucho la entrada y además he aprendido cosas. Poco más se puede pedir.

Tengo curiosidad por leer tu próxima entrada científica.

Danieletex dijo...

Me alegra que te haya gustado.

Anzu wyliei dijo...

Adoro estas entradas, las ADORO.

La aberración gigantesca, la Fasciola hepática... me ha recordado a una sanguijuela. No sabía que había parásitos tan sumamente grandes... Qué desagradable, y qué miedo da pensar en todo lo que pueden llegar a hacer estos seres.



Francamente, no conocía a casi ninguno de ellos. Lo del parásito que paraliza a las hormigas para que se las coman otros animales es escalofriante... menudo nivel de perfección. Es increíble que puedan relacionarse de ese modo con su entorno.


Haz más de estas, por favor.

Danieletex dijo...

Me alegra que te gustara. Gracias por comentar.
Y... jeje... hay parásitos que llegan a los diez metros.

Anzu wyliei dijo...

¡Diez metros! Por favor, tienes que dedicarles una entrada. Tengo mucha curiosidad y me gusta cómo lo explicas.

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